El director ejecutivo de los Juegos Mediterráneos, defraudado por el poco público

Víctor Sánchez cree que «el ambiente controvertido» de la ceremonia de inauguración perjudicó a la parte deportiva

26 septiembre 2018 19:59 | Actualizado a 04 octubre 2018 12:19
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Uno de los elementos por los que se recordarán los Juegos Mediterráneos de Tarragona es por los estadios y pabellones casi vacíos. Durante la comisión informativa de ayer también hubo una pizca de autocrítica. La puso el director ejecutivo de la Fundació Tarragona 2018, Víctor Sánchez, quien aseguraba estar «sorprendido y defraudado por la poca afluencia de público en algunos recintos». Cabe recordar que se vendieron solamente un 15% de las entradas disponibles durante los diez días que duraron los Juegos. 

El acontecimiento también pinchó en merchandising. Se ingresaron unos 21.000 euros y la previsión era de 100.000 euros. Aunque para el concejal responsable de los Juegos, Javier Villamayor, «se trata de una cantidad ínfima en el total de los presupuestos», las pocas entradas y merchandising vendido muestran el bajo interés que la ciudadanía tuvo por el acontecimiento estrella de Ballesteros.

Sánchez responsabiliza de vender menos de lo esperado a las empresas concesionarias, quienes deberán hacer frente con los sobrecostes. «No he tenido demasiado tiempo para plantearme quiénes son los culpables, pero está claro que el ambiente controvertido que hubo durante la ceremonia de inauguración eclipsó muchos elementos del acontecimiento», explicaba el director ejecutivo.

El sobrecoste del aplazamiento

Durante la comparecencia de los organizadores de los Juegos, se descubrieron algunos datos que hasta ahora no eran públicos. Era el caso del sobrecoste económico a causa del aplazamiento del evento. La empresa de merchandising de los Juegos fue indemnizada por la Fundació Tarragona 2018 con poco más de 100.000 euros, «ya que le obligamos a destruir todo el material que llevaba impreso el año 2017», aseguraba Sánchez. Por otro lado, se pagaron 69.000 euros para remarcar los artículos. En total, en términos de merchandising, el sobrecoste fue de casi 169.000 euros. Según Sánchez, el coste total del aplazamiento aún no se ha calculado, pero se estima que no sobrepasa el millón de euros.

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