El lenguaje, un arma poderosa contra la violencia

Un grupo de profesionales explica en Tarragona cómo la forma de comunicar transforma las relaciones

05 diciembre 2019 09:40 | Actualizado a 05 diciembre 2019 13:52
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Las palabras no se las lleva el viento, al contrario, son capaces de tranformar la realidad, para bien y para mal. Esa es una de las conclusiones a las que pudieron llegar el centenar de asistentes que acudió ayer a la jornada «I el llenguatge esdevé relació» (Y el lenguaje se convierte en relación), organizada por el Equip Socioeducatiu d’Atenció a la Violència Masclista (ESVioM), del Institut Municipal de Serveis Socials del Ayuntamiento de Tarragona.

La idea surgió del trabajo de las propias técnicas del ESVioM, quienes encontraban que, con frecuencia, en los casos en los que trabajaban, el lenguaje se había vuelto violento y se había convertido en una herramienta de agresión, de amenaza, de insultos.

Con idea de formar a las familias, en especial las que acudían a su servicio, realizaron una serie de talleres con expertas en distintas zonas de la ciudad. Las asistentes (la mayoría mujeres) reconocían que las sesiones les habían ayudado a comunicarse de manera más asertiva con sus hijos, con sus padres o con sus jefes.

Después de aquella formación, a la que asistieron 35 familias, ayer era el turno de los profesionales del ámbito social que pudieron asistir a la misma formación que las familias y ampliarla con la experiencia práctica de otros profesionales.

La inauguración corrió a cargo de la consellera de Serveis Socials i feminisme, Carla Aguilar Cunill, y en la misma participaron la antropóloga Eva Zafra, el psicopedagogo Joan Torralba, la psicóloga Judith Asensio, la abogada Marga Maffiote, la abogada y mediadora Montse Liado y la trabajadora social Liliana Carballo.

Justamente, Carballo se encargó de responder la pregunta que iba al meollo del asunto: ¿Cómo puede ayudar el lenguaje a combatir la violencia? Para responderla recurrió a la teoría del psicólogo estadounidense Marshall Rosemberg.

La comunicación no violenta

Lo primero que proponía Rosemberg para tener una comunicación no violenta es observar las situaciones sin interpretar lo que pasa, sin emitir juicios.

La segunda propuesta es decir cómo nos sentimos, a expresar nuestra vulnerabilidad.

El tercer paso es caminar con claridad nuestras necesidades. Para ello, es necesario no responsabilizarse de las sentimientos propios, pero no de los ajenos.

El cuarto y último paso es pedir a los otros lo que esperamos. Para ello, Carballo invitaba a usar un lenguaje positivo, y ponía el ejemplo hipotético de la mujer que pedía a su marido que no trabajara tanto. Al cabo de unas semanas, el hombre, efectivamente, pasaba menos tiempo en la oficina, pero se había apuntado a un torneo de golf. La mujer, en definitiva, no había expresado lo que en verdad quería: que pasara más tiempo con la familia.

En la práctica

La jornada también estuvo llena de ejemplos de lo efectiva que puede ser la comunicación no violenta, incluso en los casos más complicados.

Uno de esos ejemplos lo ofreció el psicopedagogo y terapeuta familiar, Joan Torralba. Con un esfuerzo en el que la comunicación fue clave, consiguió que una familia con una hija que había sido sometida a la mutilación genital, terminara no solo entendiendo las repercusiones de esa acción, sino que se convirtiera en activista contra esta práctica.

El cierre corrió a cargo de la compañía teatral Theatron, ganadores del concurso Better TGN.

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