El nexo entre George Floyd y los jóvenes migrantes

Más de siete mil kilómetros separan linealmente la ciudad estadounidense de Mineápolis de Tarragona y, sin embargo, la muerte a manos de la policía de George Floyd en aquella ciudad prendió una llama global que llegó hasta aquí y todavía no se ha apagado.

Así lo reconoce Elena ‘Naret’ Terán, portavoz de la recién creada Red Antirracista de Tarragona. Ella misma formaba parte de un pequeño grupo de feministas negras, pero la irrupción del movimiento Black Lives Matter les puso en contacto con otras personas y colectivos a los que nunca se había ‘puesto cara’.

En junio se convocó una concentración en la Plaça de la Font y allí comenzaron los contactos para poner en marcha la red que se presentó el mes pasado.

Se estrenaron en la ciudad con una moción en el pleno del Ayuntamiento de Tarragona con una serie de peticiones concretas para garantizar los derechos en la ciudad de las personas negras y ‘racializadas’, es decir, personas cuyas características raciales les hace sufrir el racismo.

Esperando la reacción política

Anne-Marie Collins, miembro de la red, explica que entre las reivindicaciones, que consensuaron con distintos grupos de la ciudad, se encuentra dar una respuesta a los jóvenes migrantes ex tutelados por la Generalitat que deambulan por la ciudad.

Dicen que pese a que el ayuntamiento cuenta con educadores sociales muy implicados para atender a estos jóvenes, apenas hay recursos. En la moción comenzaban por instar al consistorio a que pida a la Generalitat que precise el número de jóvenes que salen de las instituciones cada mes en situación irregular. «Queremos que alguien rinda cuentas sobre el seguimiento que se hace a estos jóvenes», explica.

Anne-Marie apunta que uno de los problemas de partida está en la imposibilidad de empadronarse que tienen estas personas cuando no tienen un domicilio fijo, que es la mayoría de las veces. Reconoce que se ha avanzado en este sentido, pero los trámites que necesitan lo hacen casi imposible.

La red también solicita, de la mano de la asociación Part Alta Lluire de Racisme, que se implementen pisos de transición para dotar a estos jóvenes de unas condiciones mínimas para evolucionar en sus vidas.

Creen, además, que hace falta reconocer el impacto emocional que tiene el proceso de migración en estos jóvenes y poner recursos para atenderles.

Igualmente reclaman que se les incluya en actividades formativas municipales en las que es necesario tener documentos para poder apuntarse.

Y, en general, quieren que, cada vez que se hagan políticas pensadas para las personas migrantes, se haga contando con ellas.

Ahora el siguiente paso de la Red es conseguir que el compromiso político (la moción se aprobó) se cumpla. Para ello prometen estar muy presentes en la discusión de los próximos presupuestos. «No queremos que los políticos vengan a más manifestaciones o a mesas redondas; lo que queremos ahora es que cumplan sus compromisos», explica Anne-Marie.

El grupo está convencido de que hay que comenzar con el racismo en las instituciones. «Aquí no estamos hablando de un problema entre vecinos, sino de unas personas que en plena pandemia no tienen dónde refugiarse y eso necesita una respuesta de las instituciones», señalan.

Sacan a colación el reciente incendio de la Plaça dels Sedassos, donde había un grupo de jóvenes migrantes que vivían de okupas y a quienes se les quemaron los documentos. «Y hoy siguen en la misma situación y sin papeles».