El reciclaje de ropa en la ciudad se incrementa un 35%

El año pasado se recogieron 154.401 kilos de textiles usados, un tercio más que en 2015. 
La gestión de los contenedores de ropa da trabajo a 16 personas en Tarragona

15 noviembre 2017 09:35 | Actualizado a 15 noviembre 2017 09:52
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Con la llegada del frío (hoy la mínima prevista en Tarragona es de siete grados) llega también el tradicional ‘cambio de armario’; un proceso en el que siempre quedan piezas de ropa y calzado sin destino.

Idoia Jiménez, coordinadora de la delegación de Tarragona de  Formació i Treball, entidad que se encarga de los contenedores de reciclaje de Roba Amiga, explica que, aunque todavía falta, la conciencia sobre la necesidad de reciclar la ropa va en aumento. De hecho, en la ciudad de Tarragona se reciclaron el año pasado 154.401 kilos, un 35% más que el año anterior. En el conjunto de la demarcación el total de kilos llegó a los 556.842.

Según los datos que maneja la entidad, cada ciudadano consume al año entre 7 y 10 kg de ropa. De hecho, la ropa es la quinta fracción, en peso, de los diferentes tipos de residuos que se tiran a la basura y significa entre el 4 y el 5% de los residuos municipales

La entidad gestiona en Tarragona 47 de los 241 contenedores que tiene repartidos por municipios de la provincia.

Una de las dudas que surgen cada año es si se pueden colocar zapatos, bolsos, complementos, mochilas, ropa de casa... en los contenedores naranjas. La respuesta es que sí. Tampoco importa el estado en que se encuentren las prendas; todas pueden ir al contenedor porque los encargados del proceso deciden cuál será su posible futuro, desde ser entregada o vendida en una de las tiendas Roba Amiga o si se procesará como desecho.

Y es que, incluso en el caso de que terminen tratándose como desecho, lo cierto es que los textiles necesitan pasar por un procedimiento específico diferente del de otro tipo de elementos, como el papel o el vidrio.

Genera 16 empleos

Pero, más allá del aspecto medioambiental, el reciclaje de ropa también genera puestos de trabajo. En el caso de Tarragona, la gestión de los contenedores de Roba Amiga da empleo a 16 personas entre conductores y ayudantes, personas que trabajan en la planta, personal de limpieza y trabajadores de las dos tiendas que gestiona la entidad.

El beneficio que se obtiene del proceso se dedica especialmente a crear más empleo de inclusión, apunta Jiménez. De hecho, la mayoría de los trabajadores del proyecto están en condiciones de vulnerabilidad social por distintos motivos: llevaban mucho tiempo en el paro, habían salido de prisión o habían sido víctimas de violencia de género, entre otros.

 

El otro gran objetivo del programa es hacer entrega social. La ropa desechada que se encuentra en «condiciones excelentes», en torno al 7%, después de pasar por rigurosos procesos de selección, se lleva a las Botigues Amigues, donde se entrega de una manera digna a las familias más necesitadas derivadas desde los servicios sociales o donde se vende a un precio muy bajo al público en general.  En la provincia de Tarragona hay dos Botigues Amigues, una en la calle Apodaca de Tarragona y otra en Reus, en la Avenida Prat de la Riba.

A diferencia de lo que ocurre en el resto de Europa, el mercado de ropa usada en España todavía es limitado. No obstante, apunta Jiménez, en este aspecto también comienzan a notarse ciertos cambios en las actitudes y, aunque a las tiendas de Roba Amiga acude un público amplio, comienzan a llegar cada vez más jóvenes que tienen menos prejuicios al respecto.

Además, en esta tiendas también se entregan y venden prendas nuevas donadas por empresas y tiendas.

Servicios menos conocidos

Además de los contenedores de calle, su cara visible, la entidad también cuenta con otros servicios menos conocidos, como la posibilidad de ir a buscar la ropa ‘in situ’ cuando se trata de grandes cantidades, como por ejemplo cuando fallece una persona o cuando una tienda necesita deshacerse de género.

También cuentan con contenedores más pequeños, de cartón, que pueden ser colocados temporalmente en grandes empresas, instituciones o centros educativos.

Bajan los robos

Una de las dificultades con las que tiene que lidiar la entidad es el robo. La situación ha mejorado en los últimos meses con el cambio de modelo de contenedores y candados. Con todo, cada cierto tiempo les alertan sobre el hallazgo de prendas robadas, algunas incluso en lotes clasificadas, lo que insinúa que se preparaban para la venta.

El CAMINO DE LA ROPA USADA

En la planta de tratamiento textil que Roba Amiga tiene en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) se lleva a cabo la selección y clasificación en función de la calidad de ropa. La clasifican en las siguientes categorías:

  • Para las tiendas. La ropa de mayor calidad, que se denomina ‘crema’, supone un 7% del total y se vende en tiendas propias de Roba Amiga a otras organizaciones o se entrega a personas derivadas por servicios sociales.
  • Ropa reutilizable. Supone un 55%. Se exporta y se comercializa mayoritariamente a África, donde es vendida en los mercados a precios  asequibles.
  • Ropa reciclable. Aproximadamente un 30%. Se destina principalmente al reciclaje. Se envía sobre todo a India y Paquistán, aunque se está trabajando con empresas locales para tratar de realizar estos procesos de reciclaje aquí.
  • El residuo. Supone un máximo de 8%, que se gestiona en plantas de cogeneración donde se quema para conseguir energía. 
 

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