«Es un drama», confiesa Eduard Farriol, presidente de la Federació d’Empresaris d’Hostaleria i Turisme de la Província de Tarragona (FEHT). La Costa Daurada es, según algunas estimaciones, el séptimo destino de España más afectado por la quiebra de Thomas Cook. En esta temporada, alrededor de 55.000 turistas han llegado a Tarragona, a través del aeropuerto de Reus, mediante el touroperador.
La cifra está lejos del dato de Tenerife (220.439) o Mallorca (202.324) pero a pesar de ello el sector turístico se muestra muy preocupado por lo sucedido y por lo que puede venir. «Aún estamos recopilando información. Aviación Civil repatriará a unos 1.000 turistas que están actualmente en la Costa Daurada. El problema no es tanto ese como el agujero que dejará, y que corresponde a toda la facturación de julio y agosto», explica Farriol, que por el momento no ofrece cifras económicas pero califica ese pufo de «considerable».
Está por ver ese impacto económico de los 55.000 turistas y calibrar hasta qué punto se había hecho prepago o era el touroperador el encargado de abonar la factura pendiente. «En muchas ocasiones, los pagos se realizan a 90 días, por lo que va a ser un problema muy serio para los establecimientos hoteleros o de alojamiento. Estamos a la expectativa de cómo podemos actuar para resolverlo», explica Joan Calvet, presidente de la Associació d’Apartaments Turístics de la Costa Daurada i Terres de l’Ebre.
Para la próxima temporada, el número de plazas programadas por Thomas Cook en Tarragona era algo menor, 45.300 asientos, todo un contingente para el que también se tendrán que buscar alternativas, otro imprevisto que se añade a las dificultades que en breve puede presentar el Brexit, un nuevo desafío para el sector cuya incidencia exacta está aún por calcular.
Farriol incide en que las circunstancias serán muy complicadas: «Es una noticia bomba a nivel turístico. He visto que dentro del sector hay quien lo equipara a la quiebra de Lehman Brothers».
A pesar de los meses de incertidumbre, Farriol confiaba en que se pudiese encontrar una solución: «La esperanza es lo ultimo que se pierde. Todos esperábamos que las negociaciones con China salieran adelante, después parecía que una compañía iba a entrar en la ampliación de capital y parecía que se podía arreglar. También pensábamos que el Gobierno británico no permitiría nunca dejar caer a una compañía así».
El Govern ha cifrado en «al menos 10 millones de euros» el impacto en la industria turística catalana por la caída de la firma, que mantenía acuerdos con decenas de hoteles y empresas turísticas no solo de la Costa Daurada sino también de la Costa Brava.
«Es una noticia muy negativa. Se puede quedar a deber mucho dinero. En mi caso no he hecho cálculos exactos, pero podría perder 30.000 o 40.000 euros», afirma un empresario con negocios turísticos en la Costa Daurada.
La quiebra del gigante británico empaña inevitablemente el final de la campaña turística. «Esto estropea una temporada que técnicamente parecía que salvábamos bien», asume Calvet. «La temporada, hasta ahora, había ido bastante bien, pero esto es un palo grande del que costará reponerse», resume Farriol.
Así, Reus y toda la Costa Daurada en general se desvelan como el séptimo destino español en afectación por esta crisis turística. El primero es Tenerife, seguido de Mallorca, Lanzarote, Menorca, Fuerteventura e Ibiza. Con 55.000 turistas, la Costa Daurada saldrá más perjudicada que la Brava (12.160), según los datos de 2019.
