Ematsa adelanta la lucha contra las cucarachas por la llegada del calor

Los operarios ya han realizado en el primer cuatrimestre un total de 4.611 acciones en los diferentes pozos de alcantarillado

19 mayo 2017 22:45 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:16
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Las altas temperaturas que persisten durante estas primeras semanas de mayo han puesto en alerta al Ayuntamiento y a la Empresa Municipal Mixta d’Aigues de Tarragona (Ematsa). A más calor, más probabilidad de que la cucaracha roja, la panerola, abandone la red de alcantarillado donde habita en la urbe y busque temperaturas menos asfixiantes en la superficie.

Para evitar situaciones dantescas como las ocurridas durante el verano de 2012, donde la canícula provocó que se vieran auténticas plagas en diferentes puntos de la ciudad –Balcó del Mediterrani, Plaça Imperial Tarraco, Avinguda Països Catalans; Carrer Cardenal Cervantes, entre muchos otros–, el Ayuntamiento decidió actuar cambiando de estrategia y reducir el enfado del vecindario.

Así, en lugar de aplicar medidas correctivas en función de las quejas que llegaban al consistorio (intentar matar a los insectos y limpiar con agua a presión la vía pública), pasar a planificar acciones preventivas precisamente para evitar las llamadas de los tarraconenses.

 

Un reto difícil

Ematsa fue la encargada de afrontar la misión a partir de abril de 2013. Dos años después, la presencia de paneroles en la vía pública ha sido aislada. Las cifras de las actuaciones avalan el acierto de la estrategia: 31.873 actuaciones repartidas en estos 24 meses en los 6.000 pozos de alcantarillas. La media es de más de cinco acciones por pozo municipal a lo largo del año para evitar que estos insectos lleguen la superficie. Y lo que es más significativo: hay un 21% menos de quejas. En 2014 fueron 434 las registradas, 50 menos que en 2013. En lo que va de cuatrimestre se han producido 38 llamadas para alertar de la presencia de estos insectos.

Fuentes de Ematsa explican que «este año estamos probando nuevas sustancias cuyos principios activos perduren más en la boca de pozo». De hecho, los operarios utilizan una pistola de silicona para colocar dos sustancias alrededor de la pared. Una es el veneno propiamente, que al entrar en contacto con el cuerpo del insecto éste termina muriendo. El otro círculo es de comida para atraer a las cucarachas hasta esta pasta mortal.

Aparte de esta trampa para que las cucarachas coman y se mueran al hacerlo, los operarios sellan las aperturas para que ninguna alcance la superficie. Mediante esprays se identifican las bocas en las que ya se ha actuado.

A pesar de aumentar el número de acciones en la red de alcantarillado y su sellado, sí es cierto de que ha habido el avistamiento de algunos ejemplares en diferentes puntos de la ciudad. Hechos aislados, si lo comparamos con las plagas denunciadas durante 2012.

Con el intenso calor de este mes de mayo, Ematsa ha reforzado las acciones preventivas. No sólo con nuevas sustancias para comprobar su eficacia. También hay más personal y se está trabajando en un sistema informático para gestionar la información de cualquier plaga procedente de las alcantarillas y actuar en consecuencia.

«Esta herramienta permite obtener datos más precisos de aquellos pozos más propensos a concentrar un número elevado de cucarachas u otros animales y actuar en consecuencia», explican las mismas fuentes.

 

Más pruebas en verano

Aparte de aumentar las acciones a medida que se acerca el verano, Ematsa pondrá en práctica otros métodos para combatir la presencia de estos insectos en la red de tuberías. Hasta la fecha se han experimentado ciertos insecticidas en el interior de esta red de alcantarillado y viendo la importante reducción de estos insectos, se ampliará su uso a lo largo de la presente campaña.

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