Encuentran muerto al hombre que desapareció el lunes en Tarragona

La Guàrdia Urbana y los Mossos  d’Esquadra encontraron ayer el cuerpo sin vida de Domingo López Espejo, el ciudadano tarraconense de 69 años que desapareció el pasado lunes en la ciudad. Según remarcaron ayer fuentes policiales, se trataría de una muerte biológica, ya que el cadáver no presentaba ningún signo de violencia. 
Los cuerpos de seguridad recibieron el aviso cuando pasaban pocos minutos de las once y media de la mañana, y localizaron el cuerpo sin vida en una zona muy cercana al parque del río Francolí –bajo el puente de la autovía A- 7–, en la calle arzobispo Josep Pont y Gol, en el entorno del Hospital Joan XXIII. 

El lunes acudió al hospital

Precisamente, López acudió este lunes al área de Urgències del hospital tarraconense. Según se relataba en la denuncia que interpuso la familia ante la Policía Local, el motivo fue una caída que le provocó un corte en la cabeza. Tras ser atendido en el centro hospitalario, recibió el alta el mismo día. Sin embargo, desde que salió por la puerta del Joan XXIII, nadie tuvo más conocimiento sobre su parador.
Según la denuncia, su hija –que lo fue a visitar el martes– se extrañó al no recibir respuesta cuando llamó al timbre. Fue entonces cuando abrió la puerta con su llave y vio la casa ordenada, sin que faltara nada. Preocupada, habló con el vecindario, que le explicaron el episodio de la caída y la cura en el hospital. Pero desde el lunes, nadie había visto a Domingo López.

La hija expuso en la denuncia que no había evidencias de que se hubiera marchado y especificó, incluso, que objetos tan necesarios como unas gafas graduadas seguían encima de una mesa en su casa, situada cerca del cementerio.

El hombre desaparecido –y ahora encontrado sin vida en las inmediaciones del hospital– no tenía teléfono móvil. Desde el lunes, todas las gestiones llevadas a cabo por la familia fueron infructuosas. Por ello, el miércoles se presentó denuncia oficialmente ante la Guàrdia Urbana de Tarragona. El mismo escrito recogía que las relaciones familiares eran  buenas entre el desaparecido y su hija.