Estudio en Joan XXIII: la hipertensión y la edad son más letales que la carga viral

El servicio de Cardiología y la URV apuntan como factores de mortalidad a la tensión alta, la obesidad, el colesterol, la diabetes y la dolencia cardiovascular. La cantidad de virus no es determinante

02 febrero 2021 06:20 | Actualizado a 02 febrero 2021 13:02
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Nuevo estudio en el Hospital Joan XXIII sobre los factores que complican la evolución de los pacientes de Covid-19. El servicio de Cardiología del centro, el Institut Pere Virgili y la URV siguen arrojando luz sobre el imprevisible alcance de la enfermedad, capaz de limitarse a cuadros asintomáticos en algunos positivos y de provocar incluso la muerte en muchos otros contagiados. Este informe, recién publicado, apunta a algunos de los factores que desencadenan complicaciones médicas, incluso hasta la letalidad.

Las dolencias previas son claves y, en ese grupo, patologías como la hipertensión, la diabetes o la obesidad se convierten en factores de riesgo cardiovascular muy peligrosos para los contagiados por el SARS-CoV-2. «Hasta la fecha, numerosas publicaciones han demostrado que la edad, el sexo masculino, la existencia de comorbilidades y el riesgo cardiovascular son factores de riesgo para una mayor mortalidad en la infección», dice el estudio, que apunta a dos condiciones que suelen empeorar el pronóstico: una edad avanzada y ser hombre. Pero este balance realizado con pacientes ingresados en Joan XXIII desmonta alguno de los supuestos que estaban vigentes hasta hoy.

El peso de la patología previa

Esas patologías previas son mucho más determinantes que la carga viral, esto es, la cantidad de patógenos que llegan y que proliferan en el organismo. «En la literatura médica sigue habiendo mucha controversia en relación a la importancia de la carga viral, de la cantidad de virus que tienes cuando te infectas. La hipótesis decía que si tienes más virus estarás más grave. Vimos que los artículos a favor de esta hipótesis no habían hecho un análisis clínico estadístico completo», apunta Alfredo Bardají, jefe de Cardiología de Joan XXIII y uno de los autores de la publicación. El laboratorio de microbiología del hospital, a través de una prueba molecular compleja, establece la medida de la carga viral que sufre cada paciente. «En un análisis simple, si miras solo la carga viral, los pacientes con peor pronóstico tienen una más alta pero no hay que pararse ahí, sino mirar otros condicionantes, como la edad, la comorbilidad o el daño cardíaco. Cuando corriges la comparación con esos factores, ves que la carga viral deja de ser importante, es posible que tenga una cierta relevancia pero ni mucho menos es lo fundamental», aclara Bardají.

Aprendemos cada día de esta enfermedad, que es grave. El virus es igual de virulento ahora que antes»

Alfredo Bardají. Jefe del servicio de Cardiología del Hospital Joan XXIII

El estudio continúa: «Nuestros datos parecen indicar que el valor de la carga viral presente en las muestras respiratorias no es el elemento determinante en el pronóstico de la enfermedad Covid-19, tanto como la edad, las patologías subyacentes que presentan los pacientes, y la lesión miocárdica». El estudio también describe lo que, en último término, produce la muerte de los pacientes con coronavirus: una activación excesiva del sistema inmunológico, que genera una tormenta de citoquinas y «un estado proinflamatorio y protrombótico» que conduce a una mayor mortalidad. O, dicho de otro modo, es la propia respuesta del sistema inmune ante el acoso del SARS-CoV-2 lo que provoca un desenlace fatal en algunas personas. El estudio, que partía de una muestra inicial de 467 enfermos con sospecha de Covid-19, añade: «En general, la infección por SARS-CoV-2 tiene una baja mortalidad en la mayoría de los casos, como se muestra en la literatura, pero el 10-15% de los infectados padecen la enfermedad pulmonar, con diferentes grados de enfermedad sistémica que conducen a una mayor mortalidad».

Bardají explica que «un factor de la carga viral es el tiempo de evolución, porque va bajando» y considera que aún hay mucho por investigar y aprender sobre esta cuestión: «Hemos aprendido mucho sobre la carga viral, hemos visto que afecta a la fase aguda de la enfermedad, que a pesar de tener una PCR positiva puedes no ser contagioso y ahora vemos que no por tener unos niveles bajos puedes estar más tranquilo».

«La Covid-19 tiene un amplio espectro clínico, y la mortalidad y las complicaciones cardiovasculares se concentran en pacientes que desarrollan una condición sistémica, casi siempre precedida por una neumonía bilateral que progresa desfavorablemente», indican las conclusiones de la investigación del Joan XXIII.

A falta de ver el impacto que puedan tener las cepas surgidas y que aún no tienen una implantación mayoritaria, durante todos estos meses el virus no ha cambiado en su potencial. «La primera ola causó una gran mortalidad, con una edad media muy alta. Ahora la edad ha bajado pero la virulencia del virus no ha cambiado, sigue siendo la misma. Es una dolencia grave», dice Bardají.

Las investigaciones del Joan XXIII han evidenciado la huella que deja el SARS-CoV-2 desde el punto de vista cardiológico. Esta nueva aportación se incluye en un proyecto más amplio, recientemente publicado, cuyas primeras conclusiones establecen que en uno de cada cinco pacientes ingresados por el virus en Joan XXIII se detectó daño miocárdico, esto es, una afectación similar a la que se produce en un infarto.

A su vez, sufrir ese tipo de dolencia es un marcador de un agravamiento de la patología que puede ser fatal. «El daño miocárdico es predictor de mortalidad a 30 días», indica el informe del servicio de Cardiología del hospital tarraconense, con la colaboración de profesionales del laboratorio clínico, del ámbito de medicina interna o de cuidados intensivos. Ese estudio incluyó a 433 pacientes atendidos en Joan XXIII entre el 16 de marzo y el 16 de abril, en plena primera ola. La mortalidad total hospitalaria en pacientes con coronavirus fue más alta, del 19% –y de ellos, el 53,7% sufrían daño miocárdico– que en enfermos sin, con una mortalidad del 4,1% –y el 13,5% con daño miocárdico–.

«No por tener una infección con una carga viral más reducida puedes estar más tranquilo»

Alfredo Bardají.

En este tipo de análisis, hay un indicador que se desvela como especialmente importante, que son las troponinas. Es un marcador que se altera muy frecuentemente en pacientes de Covid-19 y que precede a la mortalidad.

El impacto cardíaco

«En muchas enfermedades diferentes al infarto de miocardio, también se elevan las troponinas y son un marcador de pronóstico. Son patologías de diferente índole que también dañan al corazón. Cuando llegó la Covid-19 era la ocasión de investigar y ver si realmente ocurría en mayor magnitud», añade el máximo responsable de cardiología. Un problema neurológico o digestivo, con afectaciones cardiacas, también puede generar esa mismo perjuicio en el corazón.

El mismo estudio admite también la impredecibilidad de esta nueva dolencia respiratoria: «La infección causada por el SARS-CoV-2 ha provocado una pandemia global con consecuencias colosales. Se sabe que muchos pacientes permanecen asintomáticos o muestran síntomas menores después de infectarse, pero otros pueden requerir atención de emergencia y hospitalización. Este grupo de pacientes hospitalizados es a veces grande y en el hospital la mortalidad es alta». En ese sentido, arrastrar afecciones como la diabetes o la dislipemia –elevados índice de colesterol– son factores de muy alto riesgo.

Comentarios
Multimedia Diari