Eva Miguel y Laia Estrada: 'En ningún caso damos un cheque en blanco al alcalde Pau Ricomà'

Concejales de la CUP en el Ayuntamiento de Tarragona: «Es el último acto de fe que hacemos». «Se han acabado las excusas. Ahora el alcalde ya tiene
la herramienta para empezar a plasmar el cambio que tanto prometió en campaña electoral»

22 diciembre 2019 11:30 | Actualizado a 22 diciembre 2019 11:48
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¿La CUP da un cheque en blanco a Ricomà con su apoyo a los presupuestos?

No, en ningún caso. Facilitamos que el gobierno municipal pueda empezar a plasmar el cambio que tanto prometieron en campaña electoral.

¿Qué saca la CUP avalando las cuentas?

El acuerdo nos permite tener una influencia. Esta es la gran virtud. Confiamos que cumplirán con lo comprometido en el pacto. Asimismo, si en el futuro tiene que prorrogarse el presupuesto, tendrán otras cuentas que no serán las de Ballesteros.

Del pacto final no hay nada por escrito en las cuentas, todo depende de la voluntad política.

Constituimos la base para poder desplegar las alianzas que harán posible la transformación real de la ciudad. Lo más importante es el compromiso para reunirnos cada dos meses.

En el pleno citaron que han hecho «el tercer acto de fe tras la investidura y las negociaciones de gobierno». ¿Es el último?

Sí, pero debemos confiar que cumplirán, ya que hasta ahora no ha habido ningún trabajo conjunto. Si no lo hacen tendremos un problema, ya que volveremos a lo que ha habido hasta la fecha.

¿Ricomà ha cumplido con las cinco exigencias que pusieron para la investidura?

Hemos sido muy benévolas para darle el aprobado justito. Si realmente hubiéramos sido duras, ahora tendríamos una valoración mucho más crítica.

¿El punto de inflexión han sido los 200.000 euros para el estudio de la calidad del aire?

No. Lo cierto es que podemos considerar que, en general, se cumplen todos los puntos para la investidura menos los presupuestos participativos. Solo hay 200.000 euros.

El gobierno también suma los previstos para el Pla Integral de la Part Baixa y la reforma de la Rambla.

No cuela. Sumándolo todo, no llega ni al medio millón, cuando lo que pedíamos era el 1% del presupuesto: unos 1,7 millones.

¿Cuál ha sido el punto determinante, entonces?

El hecho de acordar las reuniones bimensuales. Aquí podremos trabajar conjuntamente.

¿Las negociaciones se activaron a última hora?

Fue ERC quien nos llamó tras la comisión informativa en la que habíamos votado en contra. La realidad es que estas cuentas no son tan diferentes a las anteriores.

¿Y por qué las han votado?

Si en el Parlament avalamos las cuentas para el referéndum, ahora en Tarragona lo hacemos por el compromiso de encuentros bimensuales.

¿Y por esto han renunciado a los 60.000 euros para luchar contra la corrupción?

Sí, pero creemos que podremos hacer un trabajo de seguimiento.

¿Qué pasará si el gobierno incumple?

Ellos mismos nos estarán situando con una oposición con la que no tendrán nada que trabajar. Hemos hecho todo lo que podíamos. No se nos puede pedir nada más.

Calificaron el proceso de negociación como de «viacrucis». ¿Aceptarán otro año así?

No. La negociación real no empezó hasta esta semana. Hasta entonces solo hubo conversaciones sin trabajo productivo.

El gobierno lleva seis meses. ¿Han apreciado el cambio?

Nos cuesta mucho verlo. Ahora ya tienen la herramienta, se han acabado las excusas. La única responsabilidad es ya cosa suya.

¿Creen que fueron el plan A para aprobar las cuentas?

Lo que creo es que fue una temeridad llevar el presupuesto a la comisión sin tener garantizada la mayoría, ya fuera con nosotras o con otra formación. Lo que se ha constatado es que cuando hablamos, el entendimiento es posible. Ahora esperamos recuperar el frente común del anterior mandato y no caer en el posibilismo ni el pragmatismo. A Ricomà le puede ir bien tener esta relación regular con la CUP.

¿Se había perdido este trabajo conjunto?

Sí, del todo. En el pasado nos habíamos sentido apoyadas por ERC en la fiscalización a Ballesteros.

Avalan unas cuentas que prevén una subida del 12% de la basura y del 3% del agua...

Los presupuestos no nos gustan. Hacemos una enmienda a la totalidad a la tasa de la basura, no estamos a favor de la subida del agua y somos escépticas con el proyecto del Banco de España. Ya queremos hablar del cambio en las ordenanzas de 2021. Sería un fracaso que no se pudiera reeditar más la alianza de hoy.

Sería más fácil si entraran en el gobierno. ¿Lo descartan?

ERC y Comuns no tienen interés en que nos incorporemos. Prefieren seguir con nueve.

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