Familias de Tarragona piden la vuelta de sus muertos en el Valle de los Caídos

La exhumación de Franco da esperanzas a los descendientes para recuperar los restos. «Estamos ilusionados y nos moveremos», dicen

24 agosto 2018 17:46 | Actualizado a 11 septiembre 2018 12:37
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«Es una buena noticia y estamos ilusionados, aunque sea algo que va para largo y durará incluso años», confiesa Amadeu Benach Miquel, nieto de Joan Benach Mercadé, un combatiente republicano de Banyeres del Penedès que descansa en el Valle de los Caídos. Joan fue llamado a filas en 1938, justo después de la derrota republicana en la Batalla de l’Ebre. Murió en 1939 defendiendo L’Espluga de Francolí. Fue enterrado en Vimbodí y trasladado al Valle de los Caídos en 1959, a más de 500 kilómetros de casa.  

La exhumación de Franco, puesta en marcha hoy, abre la veda y da nuevas esperanzas a aquellos descendientes de personas enterradas en el controvertido mausoleo construido durante el franquismo. Amadeu, que lleva luchando más de una década para conseguirlo, admite que los afectados tienen nuevas esperanzas, a pesar de la cautela: «Todos sabemos que la exhumación de Franco es un proceso complicado y largo, que se prolongará». Amadeu, sin embargo, no esconde la ilusión: «Puede abrir la puerta a que los siguientes pasos sean la exhumación de los restos que tantas familias están pidiendo durante tanto tiempo. Visto lo visto, estaremos atentos a los acontecimientos y veremos cuál es la mejor maniobra que se puede hacer, ahora que el tema está otra vez de actualidad. Vamos a seguir luchando para traer a mi abuelo a casa». 

De momento la exhumación del dictador, impulsada ayer mediante la aprobación de un decreto ley que modifica la Ley de Memoria Histórica, supondrá un alivio si se llega a materializar. «Lo que más nos duele es que el abuelo esté enterrado junto al que fue su verdugo. Todavía hace más daño la situación», cuenta Amadeu, que lamenta que allí, a la postre un conjunto monumental representativo del franquismo, estén enterradas personas de los dos bandos. «He ido varias veces y se te remueve el estómago. Te encuentras con gente fanática y al final acaba siendo un lugar de peregrinaje», apunta sobre un sitio convertido en icono, muy a su pesar. 

Amadeu Benach incluso relata algún episodio desagradable ‘in situ’. «En una visita colocamos una senyera delante de la tumba de mi abuelo y oímos cómo decían: ‘Estos son unos rojos’. Es una muestra del ambiente que hay allí». Hace alrededor de una década, Amadeu, que ahora es alcalde de Banyeres del Penedès, presentó una demanda a través de un abogado solicitando el traslado. «Lo hice como cualquier particular pide un cambio de nicho, incluso municipalmente, porque no se trata de una fosa común en el Valle, sino que sabemos concretamente dónde están los restos. Al menos pensamos que tenemos un lugar para poder llevarle flores», narra. Aquella iniciativa, por el momento, no ha ido más allá. 

Amadeu, como otros descendientes en Tarragona, confía en que se puedan dar pasos en la dirección: «Es complicado. Depende del color político de quien gobierne, pero estamos contentos e ilusionados. Estaremos atentos y nos moveremos en consecuencia». 

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