Fumata blanca a las cuentas

Pau Ricomà (ERC) ya tiene prácticamente asegurados los 14 votos necesarios para poder aprobar el próximo 29 de diciembre sus segundos presupuestos municipales como alcalde de Tarragona. Después de tener muy adelantadas las negociaciones para poder contar de nuevo con los tres apoyos de Junts per Tarragona, ayer la CUP anunció públicamente que también dará el «sí» a las cuentas, tras cerrar esta misma semana el acuerdo para la incluir en las previsiones de 2021 un paquete de acciones e inversiones por valor de 1,7 millones de euros.

De esta forma, el gobierno en minoría de ERC y Comuns –que cuenta solo con 9 de los 27 ediles del Saló de Plens– recibirá de nuevo la colaboración de Junts y CUP para renovar el presupuesto y consolidar la mayoría que hace 18 meses desbancó al PSC de la alcaldía.

Incidencia del 0,9% del total

Igual que el año pasado, los contactos entre ejecutivo y cupaires no se intensificaron hasta hace pocas semanas y, de hecho, el pacto no se materializó hasta el martes por la noche, cuando la asamblea local de la CUP dio el visto bueno definitivo al acuerdo tras recibir el esbozo unos días antes. De esta forma, tras meses de encontronazos y de varios votos en contra de Laia Estrada y Eva Miguel en los consejos de administración de varias empresas públicas y en los Consells Rectors de otros organismos municipales, finalmente esta semana se ha desbloqueado la situación, que abre la puerta a convocar un pleno extraordinario el próximo 29 de diciembre para aprobar las cuentas.

En global, el resultado de las conversaciones implicará una incidencia de las cupaires en el 0,9% del total del presupuesto del próximo año, que entre operaciones corrientes y financieras ascenderá a 180,5 millones de euros. A juicio de Estrada y Miguel, las incorporaciones acordadas con Esquerra y En Comú Podem «harán de dique de contención ante la situación actual, sobre todo en políticas de vivienda y las ayudas sociales».

Por ello, la mayor parte del documento presupuestario abre la puerta a avalar la creación de una partida de 1,1 millones de euros destinada a la rehabilitación de viviendas «con carácter permanentemente desocupadas» para destinarlas a alquiler social, mientras que el pasado miércoles también se acordó el aumento en 231.000 euros de las ayudas sociales en el Institut Municipal de Serveis Socials (IMSST), que pasan de una previsión inicial de 269.000 euros a 500.000. «Son acciones muy importantes para afrontar la crisis económica que nos viene encima», indicó ayer la portavoz cupaire, Laia Estrada, quien reconoció que la pandemia ha facilitado que el listón de exigencias de la formación anticapitalista no haya sido de máximos.

Asimismo, en materia de educación también se ha cerrado el acuerdo para crear una partida de 100.000 euros para becas comedor, así como otra de 125.000 para los Casals d’Estiu, mientras que también se incorporarán 150.000 euros de presupuestos participativos en los Consells de Districte, que en global se dotarán de medio millón a repartir en actuaciones en los cinco futuros territorios de la ciudad.

Finalmente, el acuerdo para impulsar las cuentas de 2021 también se dotan de 20.000 euros para que el Consistorio se presente como acusación particular en el parking Jaume I, además de otras partidas «para mejorar las condiciones laborales del personal municipal o para «aclarar las cuentas de los Juegos del Mediterráneo». Todo esto, según Estrada, para que «el gobierno municipal actúe de una vez con valentía, transparencia y tejiendo alianzas» con una CUP que, hasta la fecha, no se plantea entrar en el gobierno «hasta tener una propuesta concreta para ello».

Sin modificativos de crédito

Desde el gobierno municipal, el concejal de Serveis Centrals –Jordi Fortuny (ERC)–, valora el «sentido de la responsabilidad» que «demuestran» las dos formaciones que permitirán al ejecutivo aprobar los presupuestos antes de final de año: Junts y CUP. «Se alinean con el gobierno en un momento tan complicado como es este por la pandemia», recalca el segundo teniente de alcalde, quien reconoce que las negociaciones de este año «han sido muy complicadas» debido «a la incertidumbre y las dudas que ha habido hasta el último momento en los ingresos».

La gran diferencia con el año pasado es que, en esta ocasión, el acuerdo con la CUP se incluirá directamente en la propuesta de presupuestos, y su ejecución no dependerá de futuros modificativos de crédito. Asimismo, en materia inversora, las peticiones «no se alinearán» con unas ventas de patrimonio que, según Fortuny, «ya están muy maduras». Los presupuestos de la Covid ya tienen, pues, fumata blanca.