Homenaje póstumo a Jordi Rovira

El Ayuntamiento, a petición de CiU, concedió ayer el título de hijo predilecto al historiador tarraconense desaparecido el año pasado. La distinción es un reconocimiento a su tarea divulgativa de la ciudad.

19 mayo 2017 23:04 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:21
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El Ayuntamiento de Tarragona, a petición de CiU, concedió ayer el título de hijo predilecto de la ciudad de Tarragona, a título póstumo, al historiador Jordi Rovira i Soriano, desaparecido de manera prematura –a los 49 años–, el año pasado. Jordi Rovira fue, desde el año 2011, presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense y era una de las almas más destacadas de la Associació Bibliòfils de Tarragona. La distinción es un reconocimiento al trabajo desarrollado a favor del patrimonio histórico de la ciudad y a su divulgación. El acto tuvo lugar en un llenísimo Saló de Plens del Ayuntamiento de Tarragona. Estaba tan repleto que incluso las últimas personas que llegaron se acomodaron en los escaños de los ediles del consistorio. Otros se quedaron de pie a la puerta del recinto.

Tarraconense, científico, historiador, tozudo, polémico, provocador, divulgador, trabajador, emprendedor y valiente. Estos son algunos de los adjetivos que se le otorgaron a Jordi Rovira durante el acto. En primer lugar, y de modo excepcional, la encargada de exponer la glosa del homenajeado fue la portavoz del grupo municipal de Convergència i Unió en el consistorio tarraconense y miembro de la oposición, Victòria Forns, ya que les unía una relación profesional –era militante de CiU– y de amistad. Forns consiguió emocionar a todos los presentes: concejales, familiares, periodistas y el resto de audiencia. Su discurso le salió directamente desde el corazón y permitió dar a conocer la personalidad del homenajeado a todo el público. «Es de justicia este reconocimiento», comentaba Forns durante su exposición. Jordi Rovira estudió geografía e historia, y sentía pasión y una cierta obsesión por la ciudad que le vio nacer. «Era tarraconense incluso antes de nacer», explicaba la portavoz. Rovira destacaba por su afán por el coleccionismo –heredado de su padre– y por aplicar el método científico en todo aquello que hacía. Finalmente, Victòria Forns y el alcalde Josep Fèlix Ballesteros se comprometieron a colocar una placa conmemorativa en la Plaça Pallol, –lugar donde falleció Jordi Rovira– en su memoria.

La hermana del homenajeado, Conxita Rovira, recibió el reconocimiento de manos del alcalde la ciudad. «Nosotros conservaremos su patrimonio y sus documentos para cuando sean necesarios», explicó Conxita Rovira al Diari de Tarragona. La hermana describió a Jordi Rovira como una persona sin grises. «Jordi era de blanco o negro», afirmaba. También aseguró que él estaría muy orgulloso de este reconocimiento.

 

Al servicio de la ciudad

Pilar Alió, su sucesora en la presidencia de la Reial Societat Arqueològia Tarraconense (RSAT), lo definió como una persona muy exigente e iconoclasta, dispuesto a defender sus ideas con contundencia y energía por encima de la amistad. Según Alió, Jordi Rovira era una persona que estaba al servicio de la ciudad en contra del empobrecimiento del legado tarraconense. «Tenia un carácter poco común, y a través de él cobraron vida muchos ilustres tarraconenses», comentaba la presidenta.

También tuvo el turno de palabra el representante de la Associació de Bibliòfils de Tarragona, también predecesor del homenajeado en la presidencia de la RSAT, Rafael Gabriel. «Era un amante del libro impreso», recordó Gabriel. Lo definió como una persona con una gran personalidad, pero lejos del individualismo. El alcalde de la ciudad, Josep Fèlix Ballesteros, reconoció que «no nos gusta tener que dar esta distinción ahora; la muerte le llegó muy pronto». Describió al historiador tarraconense como el precursor de la industria cultural de la ciudad, y confesó que Rovira «defendía opiniones desde la honestidad y valentía». Ballesteros se comprometió a trabajar por cumplir uno de los sueños del fallecido: trasladar el Museu Nacional Arqueòlogic a la Tabacalera, actualmente ubicado en la Plaça del Rei.

 

Pasión por el coleccionismo

El 6 de octubre del 2014 fue un mal día para Tarragona: murió una de las personas que más conocía la ciudad, Jordi Rovira i Soriano. Jordi Rovira nació en Tarragona el 26 de febrero de 1966. Fue el primer hijo de Jordi Rovira Salvat y Pilar Soriano López, que regentaban un conocido negocio de vinos en la Bocacalle. Estudió en el Col·legi Sant Pau, en el Seminari Menor de Sant Pau y finalmente cursó Geografia i Història en la Facultad de Letras de Tarragona. De muy joven adquirió la afición de su padre por el coleccionismo. Fue colaborador del Diari de Tarragona y de La Vanguardia. Uno de los últimos libros publicados por Jordi Rovira fue Tàrraco. Guia arqueològica (2012).

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