Inquietud por la inseguridad causada por grupos de jóvenes en Tarragona

Desde finales de 2018 se ha notado un incremento de hurtos y robos violentos realizados muchos de ellos por menores de edad, principalmente para sustraer teléfonos móviles

16 marzo 2019 19:30 | Actualizado a 17 marzo 2019 17:30
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La agresión sufrida la semana pasada por una mujer embarazada que se encontraba sentada en el Passeig de Sant Antoni por parte de tres jóvenes que le querían robar la mochila no fue un hecho aislado. Desde finales del año pasado, se ha notado un incremento significativo de hechos delictivos –principalmente robos violentos así como hurtos– protagonizados por menores de edad o bien que están al límite. Todo ello ha creado una importante sensación de inseguridad en determinadas zonas de la ciudad, como la Part Alta, Parc de la Ciutat, alrededores de Parc Central e incluso la Part Baixa.

La detenciones de jóvenes de entre 17 y 20 años en las últimas semanas por parte de los cuerpos de seguridad se ha convertido en un hecho habitual. El botín es prácticamente siempre el mismo: el teléfono móvil. «Es la manera más fácil que tienen de conseguir dinero», asegura una agente. Estos delincuentes precoces saben que no lo pueden vender por los conductos habituales, como una tienda de segunda mano, porque sería fácil de rastrear. Tampoco lo ponen a la venta a través de portales de internet, porque quieren tener el dinero rápido. Tienen sus propios cauces para poder vender estos aparatos.

Precisamente, el teléfono fue motivo de una disputa que catorce jóvenes que se produjo hace dos domingos, sobre las tres de la tarde en el Parc de la Ciutat, uno de los puntos conflictivos que denuncian los vecinos. Al detectar que se acercaban las patrullas de la Guàrdia Urbana, se separaron en dos grupos. Uno de ellos fue identificado en el mismo parque, el otro lo fue en el lateral de la avenida de Roma. Entre los grupos había dos exMENAS –menor extranjero no acompañado–, que actualmente ya han alcanzado la mayoría de edad. Entre los miembros del grupo estaba una joven española de 19 años, que sería novia de uno de ellos. Los agentes pusieron nueve denuncias por alteración del orden.

Falta de luz

El Parc de la Ciutat es uno de los puntos donde existe sensación de inseguridad. «Es fácil esconderse y cometer un hecho delictivo por la noche, antes de que cierren el recinto», comenta un guardia, quien añade que la oscuridad que hay en la zona también «hace respeto». Pero además es un buen punto de encuentro entre jóvenes. 

Pero no siempre se trata de delincuencia. A veces de gamberrismo. Es lo que ocurrió sobre las ocho y media de la tarde del pasado 31 de enero. La Guàrdia Urbana recibió el aviso de que había un grupo de jóvenes en la zona de patinaje que lanzaba botellas de cristal al suelo. 
Al llegar, la patrulla observó a media docena de jóvenes que marchaban corriendo en dirección a la avenida Ramón y Cajal, quedando uno en la zona. Los guardias lo identificaron y comprobaron que tenía pendiente una orden de detención. Era un joven marroquí de 21 años y vecino de Tarragona.

A tenor de los arrestos de los cuerpos policiales de este año, muchos de los menores o jóvenes son de procedencia marroquí. Los agentes comentaban al Diari que, según les habían explicado los propios protagonistas, proceden muchas veces de familias desestructuradas o sin recursos. Uno de los jóvenes que se escapó de un centro de menores andaluz, en concreto de uno de Almería, fue detenido el 10 de febrero junto con otros cinco jóvenes  por haber entrado a robar en una vivienda de la Via Augusta. 

Casc Antic

Otra de las zonas problemáticas es la Part Alta, donde también en las últimas semanas se han producido diversos robos violentos. El caso más grave ocurrió también hace dos semanas y la víctima fue una mujer embarazada que se encontraba sentada en un banco del Passeig de Sant Antoni. Se acercaron tres jóvenes e intentaron robarle la mochila. Ante la resistencia de ella le dieron una patada en el vientre. Dos de ellos, de nacionalidad marroquí, fueron poco después detenidos –y reconocidos por la víctima–. Uno tiene 17 años y es vecino de Valls. El otro tiene 18 años, vive en Tarragona.

Otro de los casos comenzó en la Part Alta y terminó en el río Francolí con la detención de dos de los tres sospechosos. Una patrulla circulaba por la Via de l’Imperi Romà y fue parada por un hombre. Dijo que tres jóvenes le habían intentado robar el móvil de la mano después de pedirle un cigarrillo. 

Mientras la patrulla estaba identificando a unos sospechosos en la Plaça de la Font se acercó un hombre porque tres jóvenes le acababan de robar, con violencia, su teléfono móvil cuando se encontraba en la calle Major. Los autores se marcharon corriendo hacia la Plaça Imperial Tàrraco.

Cuando la patrulla estaba en la plaza se recibió el aviso de que un hombre había sido víctima de los mismos hechos delante de Parc Central. Añadió que los sospechosos estaban escondidos en la zona del Francolí, donde fueron detenidos dos de ellos. Después se supo que antes habían intentado sustraer unas gafas, aunque la víctima no lo denunció.

En la Part Alta hay un bloque ocupado por exMENAS. Está en la calle Escales de l’Arbós. El 5 de octubre ya fueron expulsados porque el arquitecto municipal decretó peligro de derrumbe. Las dos vigas del tejado se encuentran en muy mal estado. A pesar de ellos, los jóvenes han vuelto. 

Hay dos plazas en la Part Alta que normalmente hay gran afluencias de jóvenes, lo que no significa que estén relacionados con la delincuencia o inseguridad sino que su presencia se debe a que en dichas zonas hay WIFI municipal. Un punto son las plazas que hay en la calle Mare de Déu de la Mercè y otro la de de Natzaret.

Part Baixa

Pero últimamente también se han comenzado a detectar algunos robos con violencia en la Part Baixa. El 1 de marzo, un vecino fue objeto de un asalto cuando caminaba por la Plaça dels Carros. El delincuente se llevó su móvil. Posteriormente, el ladrón atacó a una mujer en la calle Sant Miquel. El autor, un joven marroquí de 18 años, se refugió en un portal, donde fue detenido.

Muchos de los grupos que delinquen están formados por tres miembros, como uno que actuó el 3 de marzo en la calle Pau del Protectorat para robar efectos del interior de un coche. Dos de los sospechosos acabaron detenidos gracias a las grabaciones de las cámaras de videovigilancia. Uno tiene 20 años; el otro 16 y reside en un centro de menores.

Pero también hay jóvenes de nacionalidad española sospechosos de robos, como uno de 18 años detenido en la madrugada del 27 de febrero que robó efectos de¡ un coche aparcado en la calle Del Mar y por intentarlo en otro en la calle Lleó.

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