Ir y volver de la boya sin caer gota

Las fiestas de Sant Magí llenaron de actos las playas de la ciudad. La Fundació Alverna organizó la octava travesía de andróminas en el Miracle y el Club Maginet, el concurso de castillos de arena

16 agosto 2017 08:52 | Actualizado a 11 octubre 2017 19:12
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Garrafas de cinco litros de agua vacías y enganchadas con una punta de silicona entre ellas. Esta era la simple infraestructura con la que contaba uno de los grupos participantes en la octava edición de la Travessa d’Andròmines de Sant Magí. La Gemma y la Rat pretendían llegar hasta la boya de la playa del Miracle con este bártulo. Sería un milagro si lo conseguían. Nadie se iba del lugar, todos querían ver cómo llegaba el Garrafón, –nombre de la andrómina–. «Mi primo llevaba dos años acumulando garrafas y por eso decidimos hacer el bártulo con garrafas. No sabemos si aguantará. Intentaremos no hundirnos», explicaba Gemma minutos antes de empezar la travesía. 

Garrafón era una de las ocho andróminas que participaban en uno de los actos más consolidados de las fiestas de Sant Magí, la Travessa d’Andròmines, organizado por la Fundació Alverna –entidad formada por miembros del Agrupament Alverna y de la asociación de Antics i Amics de l’Alverna–.

A partir de las diez de la mañana, ya empezaron a llegar las andróminas. Los participantes aprovechaban para ultimar algunos detalles de última hora, como enganchar bien el palet o disfrazarse para ir acorde con el bártulo. «Para participar en la actividad solamente es necesario construir una andrómina que flote y trasladar un recipiente con el agua bendecida de Sant Magí sin que se caiga ni una gota», explicaba Arcadi Cornadó, organizador del acto. El primer turno fue para los más pequeños, que tenían preparadas pruebas fuera y dentro del agua. «Que participen los más pequeños es una manera de trabajar la cantera del Agrupament», añadió Cornadó.

El momento de la verdad estaba a punto de llegar. Los presentadores dieron paso a las ocho andróminas. Llamaba la atención un grupo de chicos y chicas que llevaban un embudo rojo en la cabeza. Eran los Burrari Land. Su andrómina no tenía desperdicio. «Hemos copiado el parque de atracciones de Ferrari Land», explicaba Luisja Manjón. La sátira estaba presente en cada una de sus palabras. «Queremos criticar este parque, ya que nos parece una auténtica burrada lo que han hecho. Ya se están empezando a dar cuenta de que Ferrari Land es un fracaso», añadía Manjón. El bártulo estaba construido con bidones, palets, escobas y un tobogán de niño pequeño, que simulaba el acelerador del parque de atracciones. Esta andrómina ganó el premio Fletxa de Mar a la más rápida. 

Al lado, había una reportera del programa televisivo Supervivientes, o eso parecía, ya que iba con una cámara de Telecinco hecha de papel. «Hemos hecho la embarcación con todo el material que hemos encontrado en Honduras», decía Marina Aldave, una de las participantes. También había quien representaba el Arca de Noé o un grupo de piratas. Pero el Garrafón causó sensación. Se llevó el premio Germans Dalton, los más tramposos. No consiguieron ni subir a la andrómina. Pero de risas, iban sobrados. Ellos y los que les contemplábamos.

El más alto, gana

A escasos metros de allí, y a la misma hora, la playa de la Arrabassada era escenario de los mejores castillos de arena de la ciudad. Estela y Txus, un matrimonio, estuvieron casi dos hora concentrados mientras construían su castillo y campamento de arena. Desde hace unos ocho años, el matrimonio participa en el Concurs Popular de Castells i Escultures de Sorra. Pero este año la vivencia ha sido distinta. «Empezamos a hacer esto porque a nuestros hijos les gustaba mucho. Cada año veníamos los cuatro y construíamos nuestro castillo. Pero hoy –ayer para el lector– es la primera vez que venimos sin los niños», explica Estela Martínez, quien asegura que «nos apuntamos por ellos, pero ahora ya es una tradición para nosotros». Quedaron segundos en la categoría de grupo.

El concurso llegó ayer a su 59ª edición. Anna Mula, presidenta del Club Maginet –entidad que organiza el acto–, aseguraba que «es uno de los años con más participación, unas sesenta personas». Existen tres categorías: los adultos, los pequeños y por grupos. El objetivo es hacer una construcción de arena y que se aguante el máximo tiempo posible. El truco, según los organizadores, es mucha agua y que la arena se compacte bien.

Esto lo sabe a la perfección José Maria Teijeiro, ganador de la categoría individual. Hace 25 años que participa en esta actividad y toda su familia le acompaña y le anima durante las dos horas de concurso. «No me preparo nada. Dependiendo de cómo me queda la montaña de arena, decido qué hacer. Sobre la marcha», explica Teijeiro, quien añade que «he hecho un casco etrusco con un castillo en la parte superior».

El patrimonio romano también estaba en la playa de la Arrabassada. Miembros de los Castellers de Sant Pere i Sant Pau se atrevieron con el anfiteatro. «Nuestra intención era hacer una tortuga, pero nos hemos dado cuenta de que era mejor cambiar de opción», asegura Frederic Arias, uno de los artistas. El jurado, formado  por arquitectos especialistas y por el concejal de Ensenyament del Ayuntamiento de Tarragona, valoraron la originalidad y, sobre todo, la altura de los castillos de arena.

Comentarios
Multimedia Diari