Joan Sabater Escudé: 'Entonces había líderes de gran altura'

Joan Sabater Escudé, figura de hockey sobre patines y expresidente del Reus Deportiu, vivió en primera fila el nacimiento de la Constitución, como diputado de UCD. «En aquella época yo estaba muy vinculado al deporte y conocía a Juan Antonio Samaranch, que lideraba una plataforma que se llamaba Concordia Catalana. Me propuso ir en las listas y, como yo era muy conocido, me pusieron de número uno».

Sabater recuerda su paso por el Congreso como «cinco años muy intensos en los que lo pasé muy bien y aprendí mucho». En ello tuvo mucho que ver el hecho de que «entonces había unos líderes políticos de gran peso y muy comprometidos con el país.

Recuerdo que había muchas negociaciones en los despachos pero también en los pasillos del Congreso, donde todo el mundo hablaba con todo el mundo. Había mucho debate pero también mucha comprensión por parte de todos y muchas ganas de hacer avanzar el país».

Y ésa es una de las grandes diferencias que Sabater cita entre aquellos tiempos y la actualidad. «Entonces había una gran conciencia de que se debían realizar cesiones para llegar a un bien común, eran líderes de mucha altura. Pero ahora no afloja nadie, cada uno va a la suya».

Sabater cree que «se hizo un buen trabajo. De hecho, dice, es la constitución que más tiempo ha durado en España y no ha funcionado tan mal durante estos cuarenta años.

Se podrían cambiar algunos puntos, adaptarla a los nuevos tiempos. Quizá en el tema de las autonomías, pues la política del café para todos se podía revisar, pero para ello es necesaria una gran mayoría, un gran consenso que no sé si hoy podríamos alcanzar».

Así que Sabater cree que la Constitución aún tiene vigencia. «Sí, hay mucha gente que la cuestiona, pero también hay muchos que están muy satisfechos de cómo han transcurrido estos cuarenta años.

Es una Constitución que podría durar otros cuarenta años si se introdujeran algunos cambios que beneficiaran a España y a Catalunya». 
Vivir aquello fue «muy interesante», concluye Joan Sabater, hoy alejado de la política.