Ciutadans (C’s) certificó ayer, con creces, todas las expectativas que había generado en Reus durante los últimos días. También demostró que la marca del partido cotiza en la actualidad al alza. Tanto que en la ciudad logró alcanzar cuatro concejales y convertirse en la tercera fuerza, sólo superada por la CUP y CiU.
«La verdad es que no esperábamos ser el tercer partido más votado, pero esto es que Reus quiere una nueva forma de trabajar y de hacer política», manifestaba ayer un eufórico Juan Carlos Sánchez desde las puertas del pub Green Dog de la plaza del Castell. El alcaldable de C’s remarcó que, a partir de hoy, «vamos a trabajar para lograr el cambio en la ciudad». También aprovechó la ocasión para felicitar a los convergentes por su victoria.
La entrada de C’s en el arco municipal reusense se entiende por haber logrado capitalizar los votos procedentes de una parte de los disidentes del PSC y, sobre todo, del Partido Popular. De hecho, los cuatro concejales que han perdido los populares son los que han terminado ganando la cuenta de Ciutadans. No cabe ninguna duda que más allá del supuesto voto de castigo, a los populares reusenses también les ha pasado factura todo el episodio relacionado con su exlíder Alícia Alegret.
La irrupción de C’s, junto con el resto de resultados, dejan el consistorio fragmentado con siete partidos y obligado a formar gobierno con posibles pactos. «En estos momentos nos vemos en la oposición. Seguro que nos sentaremos con todos los partidos para llegar a acuerdos en propuestas en particular, pero para gobernar tenemos líneas rojas demasiado anchas con los dos partidos que nos preceden», apuntó Sánchez.
Le acompañarán en el consistorio Damián Morales, Guillermo Figueras y Josefa Labrador. Ésta última merece mención especial en cuanto a que fue una de las fundadoras de la formación en la ciudad y se presentó como alcaldable en los comicios de 2007 y de 2011.
