La CUP exige gestos a Ricomà antes de los presupuestos

En ‘stand by’. Las cupaires piden al alcalde que mueva ficha en los cinco puntos que pusieron sobre la mesa para avalar su investidura

11 septiembre 2019 08:30 | Actualizado a 12 septiembre 2019 13:01
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Tres meses después de avalar la investidura de Pau Ricomà (ERC), ahora la CUP exige «gestos» al alcalde para que el ejecutivo municipal mueva ficha antes de la negociación de los presupuestos municipales para el próximo año. Las ediles cupaires –Laia Estrada y Eva Miguel– piden al ejecutivo de ERC y En Comú Podem que dé algún paso para avanzar en los cinco puntos que la formación anticapitalista puso sobre la mesa para facilitar la alcaldía del líder de Esquerra Republicana y forzar, doce años después, el histórico cambio de gobierno en la Plaça de la Font.

Justo después de las elecciones municipales del pasado 26 de mayo, las cupaires expusieron cinco condiciones sine qua non para dar el «sí» al candidato republicano. Entre las peticiones de las ediles Laia Estrada y Eva Miguel se encontraba la derogación del proyecto de la Budellera; impulsar el estudio sobre la calidad del aire; estudiar la internalización del servicio de la basura; elaborar un censo sobre los pisos vacíos de la ciudad; y destinar un mínimo del 1% de las cuentas de la corporación local a los presupuestos participativos.

Pasado el verano, Estrada y Miguel exigen a Esquerra y Comuns «gestos» sobre estos temas antes de iniciar una negociación presupuestaria que se presenta intensa, ya que para poder tirar hacia adelante las cuentas todo parece indicar que el gobierno local necesitará de los dos votos afirmativos de la CUP–además de los tres de Junts per Tarragona–, ya que se da por hecho el «No» de los 13 ediles que suman PSC, Ciutadans y Partido Popular.

Sin noticias desde julio

El inicio de las conversaciones para los números de 2020 llegan después de que la CUP pasara la patata caliente al gobierno antes de las vacaciones de verano. De hecho, según se afirma desde la formación anticapitalista, la última reunión a tres bandas fue el 22 de julio. En ese encuentro pusieron sobre la mesa la necesidad de elaborar un Text Refòs que incluyera en el acuerdo de gobierno entre los dos socios del ejecutivo las 59 peticiones. Tras la asamblea extraordinaria del 29 de julio, la CUP decidió que debía ser el equipo de gobierno el que tirara del carro para liderar las negociaciones, pero según indica la edil Laia Estrada, «desde entonces no se ha producido ninguna novedad», por lo que ahora las cupaires tienen claro de que la negociación de presupuestos la encaran «desde la oposición».

Esta semana, el alcalde Pau Ricomà ha manifestado, en relación a la posible ampliación del gobierno con la CUP, que «trabajamos para que se pueda hacer», si bien tiene claro de que «las prisas no son buenas consejeras», por lo que «debemos buscar el encaje para que todo el mundo se sienta cómodo. Esto no va de lineas rojas, sino de confianza y de que las propuestas puedan trabajarse de manera conjunta».

Por su parte, En Comú Podem todavía ni ha convocado la asamblea para abordar el estado de las negociaciones con la CUP. De hecho, en la coalición de izquierdas no ha gustado que Estrada y Miguel propusieran asumir las concejalías de Patrimoni i Feminisme, dos competencias que están en manos de los Comuns. Esto, junto a la mala relación que las dos formaciones tuvieron en la pasada campaña electoral, complica que se vislumbre en el horizonte un acercamiento a corto plazo.

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