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La Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) ha asumido el caso del joven de 13 años que la madrugada del pasado domingo fue arrestado acusado de violar a una menor de 15. El organismo dependiente del Departament de Drets Socials fue informado de los hechos por parte de los Mossos d’Esquadra y ahora incorporará al chico, siguiendo el protocolo habitual y sin tutelarlo, en el programa Educant en la responsabilitat.
Se trata del servicio de atención a los menores inimputables de la DGAIA, que tiene como principal objetivo «dar una respuesta desde el sistema de protección de menores de 14 años que tienen comportamientos que se considerarían delito si fueron mayores de esta edad», afirman las fuentes consultadas por este periódico, que resaltan que la actuación se centrará en «una perspectiva preventiva y restaurativa», así como «atender a los factores de conductas disociales, la responsabilización de los hechos, la reparación a la víctima y la restauración de las relaciones sociales rotas por el delito».
Por todo ello, en el marco del programa, el equipo valorará el caso «y hará un estudio del agresor y de su situación personal, social y familiar» para «abordar los factores de riesgo» que hayan podido derivar en la conducta del pasado sábado. En este sentido, desde la DGAIA se podrá citar a los padres y al joven «para valorar la situación familiar, averiguar si hay desprotección y riesgo de presentar conductas similares en el futuro. Por ello, en caso de que sea necesario, se iniciaría un acompañamiento educativo –que se alargaría por espacio de un año– u otros recursos que se consideren más necesarios, «como la atención de salud mental», afirman las fuentes. Todo este trabajo especializado para tratar delitos contra la libertad sexual puede ser atendido por una entidad especializada, como la Fundació Vicky Bernadet.
Asimismo, Drets Socials también ofrecerá a la víctima la posibilidad de «recibir el acompañamiento» del equipo profesional de Barnahus, un servicio pionero en Catalunya y España puesto en marcha por la DGAIA en el Complex Educatiu. La filosofía principal aquí es que todos los departamentos que intervienen en un caso de abuso sexual infantil (psicólogos, médicos, policías, jueces...) se coordinan y trabajan bajo el mismo techo para atender al niño o niña en un ambiente acogedor en el que se sienta a salvo y en confianza.
