La Móra critica el estado de la estación de bombeo y del canal

La asociación de vecinos se queja de la estructura que ha instalado el Ayuntamiento y que las aguas residuales van a parar al mar en verano cuando no son impulsadas a la depuradora

05 marzo 2018 08:33 | Actualizado a 05 marzo 2018 08:39
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Son unos problemas que se vienen arrastrando desde hace tiempo, algunos incluso desde hace años, sin que haya todavía soluciones. Se trata de la estación de bombeo de aguas –tanto residuales como pluviales– así como también del estancamiento de líquido en el canal que atraviesa la urbanización, según denuncia el presidente de la Associació de Veïns la Móra-Tamarit, Francesc García. El dirigente vecinal ha mantenido en los últimos meses un cruce de cartas tanto con el Ayuntamiento como con Ematsa –la empresa municipal encargada de la gestión de la estación de bombeo– y con la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).

Francesc García recuerda que hace más de 25 años de construyó una estación de bombeo en la única plaza que tiene la urbanización, cerca de la playa. Su cometido era impulsar todas las aguas que recibía y que almacenaba en un único depósito –a donde van a parar tanto las aguas de lluvia como las procedentes de las viviendas– y las impulsaba a través de un emisario hasta un kilómetro mar adentro.

Con la entrada en funcionamiento de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Altafulla se instalaron otras dos bombas para impulsar las aguas hasta la misma y así evitar echarlas directamente al mar. 

El Ayuntamiento niega que aguas sucias de la estación vayan al canal por el aliviadero

El dirigente vecinal denuncia que en verano –incluso en días que no ha llovido– hay ciudadanos que han visto el agua sucia  donde desemboca el emisario. Y ello, sería debido, según García, a que las dos bombas no han podido impulsar la aguas hasta la EDAR de Altafulla, muchas veces por la avería de una de ellas. Estos fallos, a veces, también han provocado que  el depósito se haya llenado  y las aguas hayan salido hasta el canal a través de un aliviadero. Esto ha provocado el estancamiento de aguas sucias, con los consiguientes mosquitos en verano (extremo que el Ayuntamiento niega).

La carta

El pasado 9 de noviembre, Francesc García enviaba una carta al Ayuntamiento de Tarragona en la que pedía soluciones a una serie de puntos. Por un lado se quejaba de la instalación de un puente-grúa en medio de la Plaça del Pare Ernesto. Se trata de una estructura metálica encima de la estación de bombeo que, según Ematsa, es para poder sacar más rápidamente las bombas cuando se estropean. Dicha empresa municipal asegura que de no ser así se tardaría una hora y media en hacer llegar un camión con grúa, y tres si no es en horario laboral.

Pero la construcción metálica no es bien vista por los vecinos, entre ellos la comunidad Cala Brava, que pide el desmontaje, al igual que la asociación de vecinos. García se preguntaba en la carta si sería correcto poner dicha instalación en medio de la Plaça Imperial Tàrraco.

Otro de los puntos de queja vecinal es el vertido de aguas sucias directamente al canal mediante un aliviadero desde la propia estación de bombeo –también negada por el Ayuntamiento– . Una cuestión que, según García, es «inadmisible» porque dicho canal no tiene capacidad de evacuar las aguas sucias. Ello provoca que estén allí estancadas durante tiempo, con las consiguientes molestias de olores y mosquitos durante el verano.

¿Insuficientes?

Francesc García considera «insuficientes» las dos bombas de funcionamiento para enviar las aguas sucias hasta la depuradora de Altafulla. Considera que tendría que haber una tercera de recambio  «para poder solucionar los problemas de mantenimiento de la estación».

El dirigente vecinal también se queja de la falta de mantenimiento del canal. La arena del mar entró en febrero del año pasado y actualmente sigue así. Por ello, las aguas sucias del aliviadero todavía permanecen allí estancadas ante la imposibilidad de ser evacuadas al mar.

El emisario 

A pesar de que el emisario supuestamente dejó de ser utilizado con la entrada en funcionamiento de la depuradora de Altafulla, García asegura que en verano se han visto episodios de que ha funcionado, «los navegantes han encontrado suciedad en la salida al mar», donde desemboca dicho emisario. 

Francesc García asegura que desde febrero del año pasado no se ha quitado la arena del canal

Finalmente, el presidente de la asociación de vecinos critica que han pasado los años y los puentes sobre el canal –ni tampoco éste– todavía no han sido recepcionados por el Ayuntamiento. El propietario de  empresa que los construyó ha muerto «y están en precario por falta de mantenimiento».

La última carta

El pasado mes, Francesc García envió una nueva carta al Ayuntamiento. Considera que pintar la estructura metálica y dejar crecer los cipreses es un «nyap» y que lo que tienen que hacer es desmontarla. Continúa defendiendo la necesidad de tener una tercera bomba para evitar emisiones al mar ya que denuncia «el mal funcionamiento» de la estación por «la gran cantidad de porquería que se encuentra habitualmente en verano en el mar a la altura del emisario, lo que contradice su idea –la del Ayuntamiento– de que no es necesario una bomba de recambio en la estación».

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