La URV vincula casos más graves de Covid-19 con la contaminación

Un informe de cuatro doctores del centro TecnAToX liga la incidencia en la provincia con la polución, apunta a que partículas puedan transportar el virus y a que sea precisa más distancia

21 octubre 2020 18:30 | Actualizado a 22 octubre 2020 17:36
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Un estudio de TecnAToX, el centro de Tecnología Ambiental, Alimenticia y Toxicológica de la URV, dirigido por el catedrático Josep Lluís Domingo, apunta a la contaminación ambiental como factor desencadenante de cuadros más graves de Covid-19. Los investigadores acaban de publicar este informe, titulado ‘Effects of air pollution on the potential transmission and mortality of Covid-19 (‘Efectos de la polución del aire en la potencial transmisión y mortalidad de Covid-19’), a partir del análisis de lo sucedido en la provincia de Tarragona durante la primera ola de la pandemia.

El trabajo, que va en la misma línea que otras investigaciones en marcha en España y en otros países, se resume en tres ideas principales: la Covid-19 parece ser más severa en áreas urbanas e industriales que en rurales, un umbral de partículas materiales de 50 microgramos por metro cúbico podría determinar la correlación de la contaminación con la enfermedad y, ante todo esto, es posible que hubiera que adaptar la distancia social recomendada por las autoridades. El estudio arranca diciendo que varios informes «han sugerido que ciertos contaminantes del aire podrían estar aumentando la transmisión del coronavirus, así como los riesgos de incidencia y mortalidad».

«Importante complejo industrial»

En este acercamiento, TecnAToX estudia la asociación del SARS-CoV-2 con PM10, NO2 y O3, y parte de las dos «comarcas sanitarias» de la provincia, el Camp de Tarragona, «con un importante complejo industrial», y las Terres de l’Ebre, «con un gran componente agrícola». Y de ahí que se concluya: «Nuestros hallazgos preliminares indican que las áreas industrializadas/urbanas de la provincia de Tarragona muestran una mayor incidencia y mortalidad que las zonas agrícolas/rurales». Los tres componentes analizados se generan siempre en procesos de combustión, tanto a nivel industrial como a partir del tráfico rodado de vehículos. Los PM10 son partículas materiales inferiores a 10 micras, que son las que pueden afectar a la respiración, mientras que el dióxido de nitrógeno y el ozono, no el natural sino el generado por contaminantes, acaban de completar las sustancias que se han tenido en cuenta.

"Si tienes el sistema respiratorio estresado de entrada, estarás más débil para encarar los efectos de la Covid"

A su vez, la URV establece la necesidad de «realizar investigaciones específicas centradas en evaluar directamente si los contaminantes del aire, como las partículas, pueden actuar como portadores del SARS-CoV-2». «Este estudio nos da pistas. Partículas materiales podrían actuar como autobuses, transportando el virus, por lo cual, en lugares con alta contaminación, a pesar de no estar concurridos, puede existir más riesgo», explica el catedrático en Toxicología Josep Lluís Domingo.

El informe sostiene que «una mayor concentración de CO –monóxido de carbono– ambiental es un factor de riesgo para una mayor transmisibilidad del nuevo coronavirus» y que «los individuos expuestos crónicamente a concentraciones más altas de ciertos contaminantes podrían sufrir formas más graves de Covid-19, con una recuperación más complicada».

Otro de los hallazgos es la «importante contribución de las partículas inferiores a 2,5 micras y del dióxido de nitrógeno como desencadenantes de la propagación, y en menor medida también de las partículas inferiores a 10 micras». Sin embargo, se aclara que permanece sin explorar el impacto de los contaminantes de instalaciones industriales dañinas, como los compuestos orgánicos volátiles o los hidrocarburos aromáticos policíclicos. «El problema es que no tenemos todos los datos disponibles de lo que se emite al aire, pero con lo que tenemos ya nos da para apuntar en esa dirección de una mayor afectación», agrega Domingo.

"Hay partículas contaminantes que podrían actuar como autobuses, transportando el virus de un lugar a otro"

La investigación cruza, a través de fórmulas y coeficientes, los datos públicos de Salut sobre la incidencia del virus con otros como la población de las diferentes áreas tarraconenses o las series temporales de contaminantes, todo ello, calculado entre el 14 de marzo y el 8 de mayo, un periodo que incluye la virulenta primera ola de la pandemia.

Picos de concentraciones

Las zonas más afectadas fueron el Tarragonès-Baix Penedès, seguidas, a una distancia notable, por el Baix Camp-Priorat, Terres de l’Ebre y Alt Camp-Conca de Barberà. Esa tendencia en cuanto a casos se reproduce de manera muy similar al respecto de la mortalidad. En el informe, se establece que picos de concentraciones de determinadas partículas pueden estar detrás de un aumento del número de casos positivos.

No pasa por alto el informe la existencia de «un gran complejo industrial petroquímico, cuyas emisiones nocivas pueden tener un papel potencial en el estado de salud de las personas que habitan en el barrio». «En consecuencia, estos sujetos podrían estar en peores condiciones para enfrentar el Covid-19, sufriendo la forma más letal, al ser infectados no solo por el SARS-CoV-2, sino también por otras potenciales infecciones virales respiratorias», añade el estudio.

«Si tú tienes el sistema respiratorio previamente estresado, estarás más débil para encarar los efectos de la Covid. Es lo que le pasa, por ejemplo, a un fumador con la gripe», cuenta Josep Lluís Domingo, doctor en Toxicología, profesor en la Facultat de Medicina y Ciencias de la Salut y toda una eminencia que está entre los científicos de Europa más citados en Toxicología.

Abrir la puerta a más análisis

Además de Domingo, firman el informe, publicado en la revista Environmental Research, los investigadores y doctores Montse Marquès, Joaquim Rovira y Martí Nadal, todos ellos ligados a TecnAToX. Para los impulsores, el trabajo es un primer acercamiento a otros estudios que «puedan corroborar las hipótesis de que la contaminación favorece una mayor incidencia y, sobre todo, una severidad más elevada» de los casos de coronavirus, según apunta Domingo.

Además, si se confirma que las partículas de polución pueden transportar el SARS-CoV-2, «la recomendación de mantener la distancia social (1,5-2 metros) podría necesitar adaptarse a esta situación», según apunta el estudio, que zanja: «Sugerimos realizar encuestas de salud específicas a nivel local, que incluyan a aquellas personas, que por su lugar habitual de residencia se ven potencialmente afectadas por los contaminantes atmosféricos emitidos por las industrias petroquímicas».

Todo este tipo de escenarios no tienen en cuenta momentos puntuales de contaminación ni tampoco el descenso de la polución registrado en las comarcas tarraconenses durante los meses del estado de alarma debido al parón general de la economía y a las restricciones. «La base no son los episodios agudos, sino vivir en un determinado lugar durante un tiempo. Vivir un mes en un espacio contaminado no agravará la incidencia, a no ser que tengas patologías como el asma. No hablamos de hechos puntuales, sino de la acumulación de residir tiempo, muchos años, en una localización concreta», indica Domingo.

La labor del grupo de la URV va en la línea de otras investigaciones recientes con conclusiones similares, como la de Elza Bontempi, de la universidad de Brescia, sobre la incidencia del virus en la región italiana de Lombardía, o como la de Mario Coccia, que analiza el papel de la polución con el aire como transmisor de este nuevo coronavirus, abriendo todo una línea de estudios internacionales que sigue creciendo.

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