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El conductor de un camión grúa jamás habría imaginado que en la mañana de este lunes terminaría mirando al cielo en posición de astronauta en una cabina de cohete espacial.
El vehículo que conducía en el varadero, parte del Port de Tarragona titularidad de la cofradía de pescadores y dejado en concesión para el mantenimiento de barcas, tenía el objetivo de levantar un mástil, ponerlo en posición vertical y colocarlo en la barca que requería esta nueva pieza para volver a faenar.
La operación era rutinaria y requería destreza para colocar el mástil en cubierta. Todo estaba previsto, menos el cálculo del peso que debía mover la grúa.
El camión previsto para el trabajo levantó el mástil, pero a pesar de las fijaciones y de la seguridad que conlleva un trabajo de precisión como éste, no se hicieron bien los cálculos, motivando que el brazo de la grúa venciera y las ruedas del vehículo quedaran en perpendicular al asfalto.
El conductor vio que el horizonte del mar desaparecía y su vehículo enfocaba al cielo plomizo de este lunes. Fuentes del Port de Tarragona han explicado que la incidencia terminó sólo en un susto y que nadie resultó herido, lo que tampoco se activó plan interno alguno.
