La cara y la cruz de las nuevas reglas del juego urbanístico de TGN

Culubret ha sido uno de los sectores damnificados, mientras que los propietarios del PMU-14, quieren acelerar

09 noviembre 2021 19:41 | Actualizado a 10 noviembre 2021 10:33
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La anulación del POUM de 2013 cambiaba de un día para otro las reglas del juego en materia urbanística. Lo que en un primer momento fue desconcierto e interrogantes, se ha traducido en meses de reuniones y negociaciones entre el Ayuntamiento y  la Generalitat, que han acabado en unas normas urbanísticas que estarán vigentes hasta la aprobación del nuevo Pla d’Ordenació Urbanística Municipal.

La cara y la cruz de esta situación han sido el Pla de Millora Urbana-14 y el Pla Parcial 62, dos sectores muy próximos, ambos situados en las inmediaciones del cementerio, cuyos propietarios han estado muy atentos a lo que ha pasado en los últimos meses.

El PP-62 es el que afecta a los terrenos del sector Culubret, ubicado en la carretera del Pont d’Armentera, a la altura de los depósitos de Ematsa aproximadamente. Cuando se conoció la sentencia del alto tribunal se estaba finalizando la tramitación administrativa para poder iniciar un proyecto que preveía la habilitación de una superficie comercial de 2.500 metros cuadrados, especializada en la venta de materiales de la construcción. En la segunda fase, estaba prevista la edificación de 147 viviendas. «Estábamos a dos meses de iniciar las obras», lamenta Quim Culubret. 

Este es uno de los sectores que no ha podido salvarse. Sobre el plan parcial había dos impugnaciones y se temió que estas pudieran dar pie a la impugnación de las normas. Después de trece años desde el inicio de los trámites, sus impulsores se veían obligados a guardar el proyecto en el cajón. «Nos ha hecho mucho daño, porque de esto dependemos unas ochenta familias», añade. Asimismo, recuerdan que esta era una inversión que preveía la creación de unos 300 puestos de trabajo.

Sus impulsores confían en que el futuro POUM se apruebe «pronto» y que se mantenga el sector de forma que puedan «aprovechar el trabajo hecho». Pese a ello, se muestras escépticos con que dentro de «cuatro o cinco» años puedan reemprender el proyecto.

En cambio, el PMU-14 puede decirse que empezará ahora su andadura. Afecta a los terrenos delante el Col·legi Sant Pau Apòstol, limitando con el depósito de vehículos el trazado de la A-7 y el barrio de Els Músics. Esta área de diez hectáreas de terreno es un sector que despierta gran interés, ya que permitirá rellenar uno de los ‘agujeros’ del centro de la ciudad, mejorará la cohesión con la Vall de l’Arrabassada  y permitirá arreglar una de las entradas a Tarragona. 

«Estábamos a la espera de que se aprobaran las normas para conocer exactamente qué permiten y qué no y de esta forma poder acabar de redactar el proyecto», explica Carles Segarra, presidente de la Associació de Propietaris del Camí de la Salut. Ahora este está encarrilado. Si los parámetros son similares con los que se ha estado trabajando «nos permitirá pisar el acelerador», indica Segarra. 

El plan busca «respetar al máximo» las viviendas existentes, urbanizando la zona con antiguos terrenos agrícolas para la construcción de unas 300 viviendas. Esta es una urbanización que debe seguir adelante en régimen de cooperación, de forma que es el Ayuntamiento el que deberá tirarlo adelante. Con todo, se prevé que este será uno de los sectores de crecimiento de los que se hablará en adelante.

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