La contaminación por el tráfico cae un 89% en la provincia

El Tarragonès, el Baix Camp y el Baix Penedès es donde más baja el dióxido de nitrógeno

01 abril 2020 08:31 | Actualizado a 01 abril 2020 08:55
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La contaminación se ha desplomado en Tarragona durante el confinamiento, fundamentalmente por la drástica reducción del tráfico rodado. Es otro indicador que muestra la paralización global de los movimientos y, en último término, de toda la economía. Los niveles diarios de dióxido de nitrógeno (NO2) en Catalunya se han reducido una media de más del 60% desde la declaración del estado de alarma, según los datos registrados por las diferentes estaciones de la Xarxa de Vigilància i Prevenció de la Contaminació Atmosfèrica. 

El dióxido es un contaminante muy asociado al tráfico y a la movilidad. La red ha analizado los niveles registrados en diferentes tipos de estaciones entre el viernes 13 de marzo y el miércoles 25. Una de estas estaciones está ubicada en Reus y recoge buena parte de la contaminación que se produce en el Camp de Tarragona. 

Un análisis en perspectiva muestra una reducción progresiva, con un descenso muy acusado sobre todo a partir del lunes 16 de marzo, primer día laborable con el decreto de alarma en vigor. Ese día, la media de dióxido de nitrógeno bajó un 52%, un descenso que fue superado con creces ese fin de semana, alcanzando un retroceso del 75% en comparación con un día tipo, extraído del mes de marzo del periodo 2015-2019. Sí que hubo un repunte en el miércoles 18, cuando la polución por las partículas examinadas creció un 6% en lugar de reduirse.  

Más bajón en la segunda semana
El bajón fue mucho más contundente en el inicio de la segunda semana de confinamiento, al menos en lo que atañe a la estación provincial que aglutina datos de la zona. Hasta el momento, la jornada con una reducción más drástica fue el pasado lunes, día 23. En Reus se midió una concentración de seis microgramos de dióxido de nitrógeno mientras que en un lunes normal de marzo la cantidad ascendería a 55. Es, por tanto, una bajada del 89%, la mayor en lo que llevamos de confinamiento. En los días siguientes también hubo retrocesos drásticos, que oscilaron entre el 74 y el 76% en la zona de Tarragona. El último dato disponible es el del jueves pasado, con una reducción del 55%, algo menor que en los días previos pero superior, por ejemplo, al primer fin de semana de enclaustramiento. 

Los mapas difundidos por Territori muestran cómo esa variación troposférica de contaminantes se percibe fundamentalmente en las comarcas de más tráfico, que son también las más pobladas de la provincia: el Tarragonès, el Baix Camp y el Baix Penedès. Entre el 11 de marzo y el día 22 la polución provocada por el tráfico prácticamente ha desaparecido de los mapas. El Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC) ha procesado y analizado datos captados desde el satélite Sentinel-5P, que revelan la disminución de la contaminación del aire y, en concreto y de forma muy evidente, las concentraciones de dióxido de nitrógeno. El Sentinel-5 es la primera misión del programa europeo Copernicus dedicada al seguimiento de la atmósfera. 

La emisión industrial, activa
El satélite incorpora el sensor Topromi, que capta los datos sobre gases como el dióxido de nitrógeno, el ozono, el metano o el monóxido de carbono. Eso sí, el balance de la Xarxa d’Emissions Atmosfèriques de Catalunya (XEAC) evidencia que los principales focos emisores de las industrias siguen activos, ya que la reducción de contaminantes, calificada por los expertos como histórica, se debe sobre todo al repliegue del tráfico, que ha repercutido en una clara mejora de la calidad del aire. 

Los datos se obtienen del satélite Sentinel-5P, del programa europeo Copernicus

«Es algo automático y beneficioso para la salud. Nuestro sistema respiratorio está mucho menos estresado. Para gente que tiene enfermedades como bronquitis, esto es una liberación», reconoce Josep Lluís Domingo, catedrático de Toxicología y Salud Medioambiental en la URV, investigador y director del grupo TecnATox.

Indirectamente, esa menor polución sirve también para protegerse: «Si yo respiro mejor, además de que mi sistema cardiorrespiratorio estará menos estresado y en mejores condiciones de defenderse de cualquier ataque externo, y mi sistema inmunológico más optimizado, la reacción frente a cualquier enfermedad respiratoria será mucho mejor».

Domingo confirma que el descenso en el dióxido de nitrógeno presente en la atmósfera tiene la clave en la bajada de la circulación, que repercute también en otras reducciones: «También baja el benceno y los óxidos, gases que están generados por la actividad humana y que son responsables del calentamiento global». Domingo entiende que es el trasfondo positivo de «una situación que perjudica a la economía» pero apunta: «Lo ideal sería poder trabajar pero con este ritmo de movilidad o uno parecido». 

La reducción de estos contaminantes también favorece que la concentración de ozono troposférico disminuya. Suele suceder con retraso respecto a los óxidos de nitrógeno, ya que el ozono se origina a partir de reacciones fotoquímicas de los contaminantes directos que genera la combustión de los mismos vehículos. 

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