La Unión Temporal de Empresas (UTE) que el pasado mes de diciembre ganó el concurso público para construir el Palau d’Esports de los Juegos del Mediterráneo de 2017 ha renunciado a llevar a cabo las actuaciones. Según ha podido saber el Diari, la UTE formada por Dragados, Garcia Riera y Rubau comunicó la pasada semana su decisión a la Generalitat de Catalunya, que hoy mismo mantendrá una reunión con la segunda clasificada de la licitación –Calaf, Sau&Copisa– para adjudicarle la construcción del equipamiento que estará en Campclar y que debe tener capacidad para unos 5.000 espectadores.
Fuentes de la unión empresarial que renuncia explicaron ayer a este periódico que, tras estudiar el proyecto ejecutivo, han llegado a la conclusión de que la instalación es «económicamente inviable». En este sentido, la UTEquiso matizar que «no hemos renunciado a las obras», sino que se han acogido a la cláusula 8.1 del pliego de cláusulas, que da a la empresa adjudicataria un plazo de dos meses para decidir si acepta o no el encargo.