La estiba garantiza el tráfico de mercancías en el Port de TGN

Reportaje. Su actividad forma parte de los servicios esenciales 
que ha decretado el Estado para garantizar el abastecimiento

07 abril 2020 06:40 | Actualizado a 07 abril 2020 07:47
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Sin estiba no hay tráfico de mercancías en los puertos, y sin estas fallan se rompe la cadena logística y podrían registrarse problemas de abastecimiento. Es uno de los motivos por los cuales, aquellas personas que desde su casa tienen vistas al Port de Tarragona, habrán podido ver que la llegada de barcos no ha parado ni un solo día.

«Somos servicios esenciales y estamos obligados a trabajar», decía el presidente del comité de la empresa Estarraco, Jordi Inglés. Cuando salió el primer decreto del estado de alarma ya se tomaron las primeras medidas de cara a frenar la propagación entre el colectivo. Se cerró el punto de encuentro, en el Moll de Llevant, y las asignaciones de trabajo se hacen vía telemática. De esta forma intenta evitarse cualquier posibilidad de contagio entre estos profesiones, lo que podría suponer complicaciones.

Después de un final de año y un principio de 2020 con mucha actividad, en las últimas semanas se ha registrado un descenso. Su presidente, Josep Maria Cruset, pone en valor que «durante el pasado marzo se han movido 1,3 millones de toneladas de graneles líquidos, principalmente productos energéticos de primera necesidad, y más de 400.000 toneladas de graneles sólidos, especialmente cereales destinados a la alimentación de ganado, que también es un producto de primera necesidad». El sector agroalimentario es uno de los principales motores del enclave tarraconense. Estos días también es clave el tráfico de pasta de papel y los containers. «Allí no sabes nunca si puede haber material quirúrgico, carne, fruta o qué hay», añade Inglés.

El pasado sábado día 28, el Gobierno central endurecía las medidas de confinamiento. Tan solo podían trabajando los servicios esenciales y algunas empresas tenían que cerrar deprisa y corriendo. Se ha limitado la actividad productiva y poco a poco también se irá notando una reducción en el tráfico de algunos bienes. «Los puertos somos el termómetro de la economía, cuando la cosa va bien nosotros lo notamos antes. En el caso contrario también, y ahora ya hemos empezado a verlo», añade Inglés.

Cruset pone en valor que «la carga y descarga ha continuado funcionando gracias a la implicación y a las medidas de seguridad y de salud adoptadas por parte de las empresas y del mismo Port».

Al enclave tarraconense llegan barcos procedentes de todo el mundo. Esto hace que este colectivo de trabajadores sea muy prudente, ya que el virus podría viajar en cualquier de los buques que amarra.

Sin embargo, España es uno de los países en los que el coronavirus se está propagando con más severidad. Y esto hace que, ahora mismo, algunos patrones piden que se haga un control de temperatura a cualquier persona que suba a bordo. «Hay veces que nos tienen más miedo a nosotros, que nosotros a ellos», añade el representante de los trabajadores de Estarraco.

El de estibador es un trabajo que puede tener jornadas muy solitarias, encima de una grúa, descargando un barco de contenedores. En cambio, cuando la bodega está llena de coches implica subirse a una furgoneta cargada con cinco o seis personas, para poner en marcha cada uno de los vehículos que serán aparcados en la terminal. «Hemos reducido el personal en las furgonetas y supongo que los vehículos dejarán de venir, porque es un sector que está completamente parado», dice Inglés.

En el Port de Tarragona hay 152 estibadores y otros 45 eventuales. Desde el comité se habla de forma periódica con las empresas para conocer de antemano las operativas y poder prepararlas. Y es que, el sector portuario en estos momentos es más esenciales que nunca.

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