Cerca de 150 asistentes cumplieron con la tradición y se citaron en la calle Maria Cristina para degustar la tradicional fideuá, una de las citas de las fiestas del barrio que cada año cosecha más asistentes. «Este es uno de los actos más concurridos de las fiestas, junto con las cenas populares», confirma la presidenta de la Associació de Veïns de Maria Cristina, Maria del Carme Calaf, que recordaba que esta ocasión es perfecta para probar uno de los postres típicos del barrio, la cristineta, una ensaimada rellena de crema que cada año elabora la Pastisseria Palau para los vecinos de la zona.
La comida popular fue uno de los actos más destacados de este domingo, una jornada que también estuvo dedicada a homenajear a las personas mayores del barrio. Este año también recibió su reconocimiento el tascaman Eduard Boada, que presentó la nueva bebida del barrio que ha elaborado y que ayer recibió la aprobación de los asistentes, en sus versiones con y sin alcohol.