La gasolinera más barata de la provincia está en Reus y la más cara, en Prades

La diferencia entre repostar en una estación de servicio o hacerlo en otra puede llegar a representar hasta un ahorro de 11 euros al llenar el depósito del coche –de 50 litros– 

28 diciembre 2019 09:43 | Actualizado a 02 enero 2020 12:07
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Los últimos días de este año y los primeros del que viene son jornadas de mucho movimiento en las carreteras. De hecho, durante estas fechas navideñas la DGT prevé cerca de 20 millones de viajes, 12 millones de los cuales se llevarán a cabo entre hoy y la festividad de Reyes. Y, con tanto movimiento, el de la gasolina será uno de los grandes gastos. En este sentido, resulta útil saber que la diferencia entre repostar en una gasolinera o en otra puede representar un ahorro de hasta 11 euros al llenar un depósito de 50 litros. Y es que la oscilación de precios entre las estaciones de servicio alcanza los 22 céntimos en el caso del diésel y 23 en el de la gasolina.

Es lo que sucede, tomando el ejemplo del gasóleo, entre la gasolinera que CEPSA tiene en la autopista AP-2 a la altura de Vila-rodona, donde el litro de este combustible se vende a 1,309 euros, y la estación de ALAS ubicada en la carretera C-233 a su paso por Vandellòs, donde el litro se paga a 1,089 euros.

Por lo que a la gasolina de 95 octanos –la más usada– respecta, la estación de servicio más barata es la que Alcampo tiene en la calle Pare Manyanet de Reus, donde el litro se paga a 1,159 euros, 23 céntimos menos que lo que cuesta en la gasolinera de Petronor que está en la carretera T-700, en Prades, donde el litro se vende a 1,39 euros. Aunque hay que tener en cuenta que los precios fluctúan día a día y conviene revisarlos.

De hecho, Carlos, un tarraconense que utiliza mucho el coche a diario para desplazarse a su trabajo en L’Hospitalet de l’Infant y los fines de semana a la segunda residencia que tiene en Miami Platja, los revisa. «A veces buscar la gasolina más barata te supone rodar un poco más, pues suelen estar en polígonos industriales o centros comerciales en las afueras, pero al final merece la pena, porque el ahorro es considerable», asegura.

Los combustibles que se venden en todas las gasolineras cumplen unos mínimos de calidad 

En efecto, gran parte de las llamadas gasolineras ‘low-cost’ están asociadas a supermercados, con lo que su bajo precio supone un gancho para que el cliente acuda tras hacer la compra en sus instalaciones, lo que sí ofrece un mayor margen de beneficio al grupo que está detrás.

«Es que ten en cuenta –añade Carlos– que yo uso mucho el coche, y me dejo una buena parte del sueldo en gasolina. Estoy obligado a mirar, buscar, comparar y comprar donde mejor precio me den».

El tema de la calidad

Carlos no hace demasiado caso a las voces que alertan de que el combustible que se vende en las gasolineras ‘low cost’ es de peor calidad. «Me han asegurado –dice– que el Estado marca unas normas mínimas y que al final toda la gasolina es igual. O, al menos, muy parecida».
Se trata de una verdad a medias. Es cierto que, en origen, todas las gasolinas son exactamente iguales. Esto se debe a que todos los combustibles que se venden en estaciones de servicio españolas están obligadas a cumplir con unos mínimos de calidad, y proceden en su inmensa mayoría de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH). 

Esto garantiza que tanto los combustibles de bajo coste como los de marca cumplen unos requisitos idénticos que garantizan una calidad mínima. 

Ahora bien, esto no impide que las compañías consolidadas decidan añadir sus propios aditivos para mejorar su producto y diferenciarlo de la competencia. Así, la composición de la gasolina que estas marcas ofrecen ha sido alterada y mejorada mediante la introducción de aditivos especiales, sustancias que tienen diferentes funciones, como lubricar, actuar como anticongelante o estabilizante. Así, cada petrolera tiene su fórmula, lo que le permite diferenciarse. De hecho, los compuestos añadidos que llevan las gasolinas más caras, así como su proporción, son mantenidos en el más riguroso secreto por parte de las marcas.

En el caso del gasóleo o diésel, un mecánico de Tarragona explica al Diari que lo que diferencia uno de una marca conocida de otro más barato es el número de cetano. Este índice está relacionado con el intervalo de encendido, es decir, el tiempo que transcurre entre la inyección del combustible y el comienzo de la combustión. Este número ha de ser superior a 46. Sin embargo, en España todos los gasóleos A superan el 51 y por lo tanto cualquier diésel es apto para todos los coches.

El otro punto que incide en el precio es el del personal. De hecho, en las estaciones ‘low cost’ no hay nadie para atender al cliente, quien ha de hacerlo todo, una circunstancia que muchos conductores no ven bien.

Tampoco es el caso de Carlos, quien indica que, «de todas formas, ya prácticamente en todas las gasolineras tienes que llenarte tú mismo el depósito, así que no veo dónde está la diferencia. Y, sin embargo, en el precio sí que se nota mucho. Yo, que echo gasolina cada semana, me ahorro casi 50 euros al mes repostando en gasolineras baratas. Y eso lo nota el bolsillo», concluye.  

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