La letra con enigmas entra

Giano, Aina, Carlota y Vega, alumnos de sexto de primaria de la escuela pública El Miracle, no pueden disimular su excitación. Esta no va a ser, ni mucho menos, una hora de clases normal, y eso que van a poner a prueba sus competencias básicas; las mismas de las que, en torno al mes de abril, se examinarán a todos los alumnos de Catalunya.

Y es que, para empezar, han salido de su clase para irse a un sitio que siempre ha estado rodeado de cierto misterio: la que fuera la casa del conserje de la escuela; una especie de viejo desván que apenas se ha reformado desde que se construyó el edificio en 1936.

Aquí la empresa Aula d’Aventura ha montado, a modo de experiencia piloto, un Escape Room al que directamente les dan la bienvenida. Oriol Montesó, periodista, se convierte para la ocasión en técnico de la Generalitat preocupado por la desaparición de un reputado científico que estaba estudiando el ‘cargol poma’, una especie invasora que trae de cabeza a los agricultores de Terres de l’Ebre porque se alimenta de los brotes de arroz. El reto será encontrar al investigador y, de paso, ver qué solución encontró para acabar con la plaga.

Pensar en equipo

Es ponerse manos a la obra y los chicos ya no se dan cuenta de nada más de lo que les rodea. Hijos de su generación, en la habitación hay un escritorio, una cartelera, libros, muebles, revistas y distintos objetos, pero los cuatro se van directos a un pequeño ordenador portátil pensando en encontrar allí todas las respuestas. Error: aquí apenas había una ínfima parte de lo que tendrán que descubrir.

Para ir resolviendo los enigmas y descubriendo las combinaciones de los candados necesitan seguir instrucciones en catalán, castellano e inglés; además de recordar algunos conceptos de la asignatura coneixement del medi y sacar algunas cuentas. En medio de las prisas por resolver el misterio, más de una vez tienen que regresar sobre sus pasos y releer los enunciados. ¡Leer bien! una lección valiosa para enfrentarse a cualquier examen.

Mientras los niños alternan momentos en los que avanzan a toda velocidad con otros en los que parecen atascarse, les mira atentamente Rosa Vergara, jefa de estudios de la escuela. Ella, como el resto de profesores, ya han pasado por el Escape Room. «Estamos muy contentas con la metodología porque engloba todas las asignaturas. Además es un reto cooperativo, en el que tienen que trabajar en equipo. Va muy en la línea de lo que hacemos», explica.

Xavier Corbella, maestro y formador de formadores y Luis Díaz, trabajador social y especialista en nuevas tecnologías, son los creadores, junto a Montesó, de la experiencia. Cuentan que aunque esta ha sido diseñada para alumnos de quinto y sexto de primaria, la idea también es ofrecer enigmas para alumnos de la ESO, ya que en esa etapa educativa los alumnos pasan abruptamente de un sistema donde le juego está muy presente a otro donde apenas aparece.

Giano, Aina, Carlota y Vega salen de lo más contentos después de una hora intensa. Tienen el compromiso de morderse la lengua para no contar al resto de compañeros lo que han descubierto sobre el paradero del científico desaparecido.