La violinista tarraconense Inés Issel toca ante la Reina Emérita

La joven de 17 años actuó como solista en el auditorio del museo Reina Sofía

20 junio 2018 12:24 | Actualizado a 21 junio 2018 10:45
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Acompañada por la Orquesta Sinfónica Freixenet de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, Inés Issel (Tarragona, 2001), considerada hoy como una joven estrella, fue el violín solista del programa de clausura del curso 2017-2018 bajo la presidencia de Su Majestad la Reina Doña Sofía, en el auditorio 400, del Museo Nacional, Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el pasado viernes.

Un programa de lujo que contemplaba la Obertura de la ópera Le nozze di Figaro de Wolfgang A. Mozart (1756-1791) y el Concierto para violín en re menor op. 47 de Jean Sibelius (1865-1957), dirigidos por el maestro Jaime Martín (Santander), que dejaron sin respiración a los asistentes al concierto de clausura.

El sonido brillante del violín Enrico Rocca (1890), en las manos de la joven Issel, cedido por gentileza de Juan Enrique Carreres, en la acústica del Reina Sofía dio la talla de un concierto extraordinario.

El sábado 16, en Alcalá de Henares y ante la fachada de la Universidad tuvo lugar otro concierto extraordinario, con motivo del 25 aniversario de la creación del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, en el que figura Tarragona, a cargo de la Orquesta Sinfónica Freixenet, con la solista Inés Issel de nuevo y otra vez bajo la batuta de Jaime Martín, que interpretaron la Obertura de la ópera Guillermo Tell de Giochino Rossini (1798-1868), el citado concierto de Sibelius y la Sinfonía núm. 5 en do menor op. 67 de Ludwig van Beethoven (1770-1827).

En ambos conciertos, uno en recinto cerrado y el otro al aire libre, fueron el inicio de escuchar y sentir cada nota del maestro Sibelius interpretado por la joven Issel que se entregó y de qué manera, donde la artista se mostró en todo su esplendor: virtuosismo puro y emocionante ejecución.

Las palabras no son suficientes para describir la magia que se produjo en el auditorio. La joven Inés ofreció una interpretación sublime, ya que fue capaz de comunicar la esencia de las notas de Sibelius, que se transformaron en momentos que dejaron extasiados a los asistentes tanto al concierto en el Reina Sofía de Madrid como al de la plaza de San Diego en Alcalá de Henares.

Estas ejecuciones confirman su maestría y excelente técnica, es no cabe duda una artista de nivel mundial en el universo musical de las jóvenes estrellas. Regaló a los asistentes la posibilidad de transformarse, tras experimentar lo que solo podría ocurrir de su mano y con ese su violín.

El director, concentrado en la partitura y ejecución de la música, se emocionó con la interpretación de la solista. Los asistentes no podían ni balbucear palabra, pues tal fue el éxtasis al que les llevaron las notas musicales de la mano Inés Issel Burzyñska.

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