Las calles Sant Pere y Gravina de Tarragona serán peatonales este año

El Ayuntamiento quiere transformar la parte interior del barrio y para ello tiene prevista una inyección económica de hasta 350.000 euros. También se soterrará y ordenará el cableado aéreo

04 enero 2021 18:52 | Actualizado a 05 enero 2021 06:24
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La tan esperada transformación del Serrallo es inminente. El Ayuntamiento tiene preparada una importante partida económica para cambiar el aspecto del interior del barrio. La actuación que se prevé es doble: por una parte, soterrar el cableado aéreo que lleva años mortificando a los vecinos y, por la otra, peatonalizar dos de las calles más céntricas del Serrallo, la Sant Pere y la Gravina. De esta manera, el barrio cogerá otro color y recuperará su esencia. Menos coches, más paseos y más actividad económica. Esta es la idea del Consistorio y también la de los vecinos, quienes llevan años pidiendo actuaciones para dignificar el barrio. La intervención tiene prevista una inyección económica de 350.000 euros.

El Serrallo es uno de los grandes atractivos con los que cuenta la ciudad de Tarragona. Tradición pesquera y buenos restaurantes. Hace unos meses, el barrio recibía la distinción de Vila Marinera, reconocimiento que le permite potenciarse como atractivo turístico. «Somos conscientes de la joya que tenemos entre las manos. Por eso queremos apostar por El Serrallo», asegura el concejal de Territori del Ayuntamiento de Tarragona, Xavi Puig. 

Para dar el revulsivo necesario a la zona, el barrio necesita dejar a punto las calles interiores que actualmente muestran dejadez y un cierto aspecto de abandono. A primera línea de mar, la cosa es distinta. La estampa es idílica. Cabe recordar que la Autoritat Portuària tuvo un papel clave en la rehabilitación del paseo. Ahora, el objetivo del Ayuntamiento es hacer lo mismo con las entrañas del barrio. 

Para empezar, se peatonalizarán dos de las calles más céntricas del barrio: la Sant Pere y la Gravina. «La idea es convertir las dos calles en una plataforma única, sin distinguir la acera de la calzada, tal como se hizo en la calle Espinach. De esta manera, los coches no aparcarán y solo podrán circular en casos excepcionales», explica Puig, quien añade que «la intención es recuperar los espacios y transformarlos en avenidas donde poder pasear». 

Estas calles estaban pensadas para dar prioridad a los vehículos que, además, en esa época, eran más pequeños que ahora. Los vecinos se encuentran con que les es muy difícil poder andar por las aceras. Son estrechas y están en mal estado. Y ya no hablemos si la persona va en silla de ruedas o pasea un cochecito de bebé. Entonces, la misión se convierte en imposible. 

Los vecinos celebran el anuncio del gobierno municipal. La peatonalización de las calles fue uno de los caballos de batalla de la antigua junta de la Associació de Veïns del Serrallo. La actual continuó con la lucha y, años después, parece que el sueño está más cerca que nunca. La realidad es que existe unanimidad entre los vecinos al hablar de la peatonalización, tal como se ha demostrado en algunas votaciones del barrio. «Actualmente, las aceras son impracticables. Son estrechas y no sirven para nada. Necesitamos unas calles libres de circulación, limpias», explica David Martín, presidente de la Associació de Veïns del Serrallo, quien añade que «esta actuación implicará seguramente más actividad vinculada a la restauración y al comercio. La idea es encontrar el equilibrio entre el día a día de los vecinos y la actividad económica».

El anhelo de tener terraza

La noticia de la pacificación de estas calles también ha sido bien acogida por el sector de la restauración, quien lleva meses sufriendo las consecuencias de la Covid-19. Actualmente, cuatro restaurantes ubicados en la calle Sant Pere tienen permiso provisional para sacar sus terrazas. Se trata de una medida que el Consistorio aprobó para minimizar las pérdidas de estos negocios por culpa de la Covid-19. La intención de los restauradores del Serrallo es pedir al Ayuntamiento que la medida deje de ser temporal para convertirse en fija, una vez las calles sean peatonales. 

«La propuesta dará un cambio de imagen importante al barrio. Estará más vivo, ya que las calles interiores están muy deterioradas, con coches mal aparcados, palomas y suciedad», explica Manolo Oliveira, propietario del restaurante A bordo del Serrallo, quien añade que «cuando la actuación esté lista nos gustaría pedir permiso al Ayuntamiento para poder sacar las terrazas a la calle para siempre». 

Por su parte, el concejal de Territori, Xavi Puig, apuesta por el equilibrio. «Queremos dejar claro que no peatonalizamos calles para poner terrazas. Ahora bien, si una vez recuperado el espacio, hay alguien interesado en montar terraza, siempre que no moleste a los vecinos, será momento de valorarlo», añade Puig.

Ordenar el cableado aéreo

Para esta actuación, las cuentas del alcalde Ricomà contemplan una inyección económica de 200.000 euros a lo largo de este 2021. Pero a esta intervención debe sumarse otra y no menos importante. Se trata de soterrar las líneas del cableado aéreo del barrio, que actualmente cruzan la calle mostrando un aspecto de deterioro total. Es una de las reivindicaciones más históricas de los serrallencs. «La idea es ordenarlas, y hacerlo a la vez que peatonalizamos las calles», explica Puig. El proyecto no contempla un soterramiento total del cableado, «pero como mínimo tenemos la esperanza de verlo más ordenado, más curioso», comenta el presidente de la entidad vecinal David Martín. 

Para ello, el Ayuntamiento tenía previsto una partida económica de 150.000 euros en los presupuestos del año pasado. Las obras no se ejecutaron y, por lo tanto, la actuación tendrá lugar durante el segundo semestre de este año. El Serrallo cambiará radicalmente.

El apunte. El Ayuntamiento amplia indefinidamente el permiso de terrazas

El Ayuntamiento de Tarragona ha ampliado el permiso temporal de las terrazas de bares y restaurantes de la ciudad de manera indefinida. Así lo confirmaba hace unos días la concejal de Domini Públic, Cinta Pastó. Cabe recordar que el Consistorio tomó esta medida a causa de las limitaciones de aforo en el interior de la restauración. Primero, firmó el decreto excepcional hasta finales de septiembre y, después, se amplió hasta el 31 de diciembre. Esta última prórroga implicó un cierre importante de calles por la falta de espacio. 

Por otro lado, la concejal Pastó aseguró que los establecimientos seguirán exentos de pagar la tasa de ocupación de la vía pública. En un primer momento, el Consistorio se planteó que la bonificación se aplicaría solo cuando los negocios estuvieran cerrados y, durante el último trimestre de 2020, se cobraría la parte proporcional sin contar el mes que cerraron puertas. Finalmente, el Ayuntamiento se lo repensó y decidió no cobrar ni un céntimo a los establecimientos durante los tres últimos meses del año pasado. La intención del equipo de gobierno es ayudar económicamente a los empresarios para que el sector de la restauración pueda recuperarse de cara a este año. 

Pese a ello, el colectivo asegura que las medidas son insuficientes para hacer frente a la crisis económica y pide que estas bonificaciones se mantengan durante unos meses, una vez los bares y restaurantes no cuenten con las restricciones de aforo actuales.

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