Las obras de la pasarela del Port empezarán antes de verano

La obra unirá la Baixada del Toro con el Passeig Marítim mediante una instalación de 310 metros que se espera que esté lista a mediados de 2017 y que costará un millón de euros

19 mayo 2017 20:28 | Actualizado a 22 mayo 2017 07:56
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Las obras de la esperada pasarela que unirá el centro de la ciudad con la playa del Miracle empezarán antes de verano. Así lo anunció al Diari el presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT), Josep Andreu (CDC), ante la inminente aprobación inicial del proyecto que realizará esta mañana el pleno municipal del Ayuntamiento de Tarragona.

El máximo representante de la administración portuaria calificó como de «muy positivo» que el documento pase por el Saló de Plens porque después de meses de trabajo conjunto con el Consistorio «ya llevábamos tiempo esperando este trámite». A juicio de Andreu, «se trata de una nueva aportación que el Port hace a la ciudad, y que debe permitir acercar el centro a la zona portuaria y mejorar los accesos a la playa».

El máximo responsable de la APT resalta que –con la aprobación de hoy– el proceso se acelerará, ya que «tenemos la consignación presupuestaria a punto». En este sentido, después del OK que la obra recibirá hoy por parte de la corporación local se abrirá un periodo de exposición pública de treinta días. «Entonces deberemos recibir informes positivos del Ayuntamiento y de Adif para iniciar la licitación de las obras» que se alargarán durante otro mes más y que situarán el más que posible inicio de las actuaciones en mayo o, como muy tarde, justo antes de verano. «Los técnicos nos dicen que el periodo de actuaciones oscilará entre los 12 y los 15 meses» afirma Josep Andreu, por lo que es posible que la instalación pueda estar lista para los Juegos del Mediterráneo de 2017, que se iniciarán el 30 de junio del próximo año.

Milà: ‘Un paso importante’

En la misma línea se expresa el concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona, Josep Maria Milà (PSC), quien remarcó la «importancia» de esta actuación, ya que «se trata del primer paso para permebilizar la ciudad con el frente portuario». A juicio del máximo responsable urbanístico, la pasarela «permitirá saltar una barrera y conectar mucho mejor la ciudad».

El edil socialista indica que «actualmente los ciudadanos sólo pueden acceder a la zona portuaria desde el Serrallo, Torres Jordi o la Plaça dels Carros», por lo que se muestra convencido de que «éste es sólo el primer paso para enlazar mejor el centro con esta parte de la ciudad».

Trayecto de siete minutos

El presupuesto con el que contará este proyecto será aproximadamente de un millón de euros. Esta obra contará con una longitud de 310 metros y permitirá que los ciudadanos puedan ir desde el Balcó del Mediterrani hasta el Passeig Marítim salvando 17 metros de desnivel en unos siete minutos.

Desde el centro hacia el Passeig Marítim la pasarela tendrá dos accesos: el primero desde la Baixada del Toro y el segundo desde la estación de trenes. El ancho será de tres metros, similar a la pasarela que pasa sobre la A7 en Vila-seca. Los pasamanos serán de acero inoxidable y se descartaron opciones como la colocación de laterales de vidrio para reducir al mínimo posibles actos vandálicos. La parte inferior estará pintada de color azul, el color corporativo del Port.

Una vez que la pasarela llega a la altura del Passeig Marítim se podrá seguir por una rampa hasta el paseo o tomar uno de los dos ascensores que se instalarán. El exterior de los ascensores será de vidrio y cada uno tendrá capacidad para trece personas. El recorrido del ascensor durará unos cinco segundos. Los ascensores serán, sin duda, uno de los retos para el mantenimiento de la infraestructura, que también correrá a cargo del Port.

Cabe destacar que la infraestructura será ligera y será fácil su desmontaje parcial o total en el caso de que la ciudad finalmente cuente con la tan anhelada fachada marítima. Por otra parte, el proyecto ya ha tenido en cuenta los cambios que implicarían las prometidas mejoras en la estación de trenes y que implicarían, entre otros, la ampliación de los andenes.

Obligará a ampliar aceras

Una de las dificultades con las que se encontró el proyecto fue el punto de partida desde la Baixada del Toro, que tiene una pendiente del 12% y cuyas escaleras son, a todas luces, inaccesibles para personas con movilidad reducida, sillas de bebé o carros de la compra.Para salvar el obstáculo se planteará un recorrido alternativo para llegar a la pasarela por la calle Armanyà y, posteriormente, por Pons d’Icart.

Esta última calle, muy estrecha, será objeto de obras para ampliar la acera. La circulación de vehículos seguirá siendo en dos sentidos, pero sólo habrá una acera, aunque más ancha, del lado de los edificios. La que discurre paralela al Palau de Congressos se eliminará. La adecuación de esta calle correrá a cargo del ayuntamiento.

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