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La llegada del Lunes de Pascua trae consigo la tradición de la mona, un hecho cultural pero también económico que afecta directamente a miles de pasteleros de la demarcación. Este año, en la provincia, el Gremi d’Artesans Pastissers confía en que se mantendrá la cifra de 50.000 monas vendidas en el territorio e, incluso, no descarta que el número se pueda acabar incrementando.
Su vicepresidente, Josep González, lamenta que, como viene siendo habitual desde el estallido de la crisis, en el último año una decena de pastelerías artesanas de la demarcación han tenido que bajar la persiana.
El gremio espera que los ciudadanos se mantengan fieles a los productos artesanos y no opten por comprar sus productos en las pastelerías «industriales». En cuanto a los precios de las monas, se mantienen respecto a años anteriores entre los 30 y los 40 euros el kilo, en función de la zona. En cuanto a los gustos, la mona de fruta sigue siendo la más pedida y, este año, el sector percibe un repunte de uno de los productos más tradicionales, el roscón de mazapán con huevos.
El portavoz de los pasteleros tarraconenses remarca que los ciudadanos de la provincia cada vez compran figuras de chocolate más elaboradas. Cada vez piden más, según González, y si las quieren personalizadas tienen que acudir a las pastelerías de toda la vida. De entre las figuras más solicitadas este año están los Minions –que mantienen querencia entre los más pequeños gracias a la película de animación estrenada el año pasado– o las de la Patrulla Canina.
Además, con los Juegos Mediterráneos a poco más de un año vista, este 2016 se han preparado la mona de Pascua de este acontecimiento deportivo, así como monedas y piruletas de chocolate con el logotipo de Tarragona 2017. Cuando esté terminada la mascota de los Juegos también quieren hacer una figura, a la vez que se plantean elaborar unos postres especiales de los Juegos Mediterráneos.
