Las terapias no farmacológicas mejoran la calidad de vida de residentes y cuidadores

El centro residencial de Sanitas en Tarragona ofrece diferentes terapias no farmacológicas como la terapia asistida con animales

08 mayo 2019 07:47 | Actualizado a 09 mayo 2019 12:52
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España es el tercer país del mundo con más casos de demencia, por lo que apostar por la innovación en este ámbito es una obligación para el sector. Entre las medidas en auge para el manejo de la patología se encuentra el uso de terapias no farmacológicas y el uso racional y adecuado de los psicofármacos.

El concepto terapias no farmacológicas se refiere a diferentes intervenciones que, a través de agentes primarios no químicos (por tanto excluyendo fármacos), mejoran la calidad de vida de las personas sanas o enfermas. El potencial de este tipo de terapias es muy amplio: abarca muchas patologías y técnicas de índole física, físico-química, psicosocial, motora y ambiental. Es fundamental el conocimiento profundo del paciente para la adaptación y personalización de este tipo de terapias. Por ello, en el centro residencial de Sanitas Mayores en Tarragona se hace un estudio individualizado del residente, donde se tiene en cuenta la historia de vida del paciente, sus gustos y aficiones anteriores, y el grado de severidad de la demencia.

Es fundamental el conocimiento del paciente para la adaptación de este tipo de terapias

En Sanitas Mayores se desarrollan terapias que ayuden al residente a mitigar los síntomas y ralentizar el desarrollo de la enfermedad con métodos no farmacológicos a través de terapias ocupacionales como danza, música, reminiscencia; estimulación sensorial en salas Snoezelen; e intervenciones asistidas con animales, robots o videojuegos. Todo ello enfocado a mejorar su capacidad funcional y cognitiva, su estado de ánimo y reducir la aparición de depresión. Siendo, estas terapias, siempre diseñadas y monitorizadas por profesionales expertos. Además, al mismo tiempo evitan los problemas de conducta que tanto estrés y carga producen a cuidadores profesionales y familiares.

Sanitas Mayores desarrolla terapias no farmacológicas que ayudan a mitigar y ralentizar los síntomas del Alzheimer

Todas las áreas clínicas de la persona con demencia como la cognición, capacidades funcionales, afectividad, conducta, capacidades motoras, salud física, calidad de vida, así como el bienestar y calidad de vida del cuidador son susceptibles de mejorar mediante terapias no farmacológicas.

“En nuestro centro realizamos un estudio previo que tiende a ser un factor determinante de la individualidad o grupalidad de las intervenciones no farmacológicas: en personas con poco deterioro los grupos de intervención pueden ser más grandes donde la socialización puede ser un factor terapéutico importante y necesario, pero, en los casos de demencia avanzada, las intervenciones, en la mayoría de ocasiones, ya solo pueden ser individuales” señalan desde el Centro Residencial Sanitas Tarragona. Los programas de educación del familiar cuidador se centran en el manejo del estrés y el afrontamiento de problemas y están dirigidos a mejorar el bienestar psicológico del cuidador.

Existen diversos tipos de terapias no farmacológicas, cada una de ellas enfocada a mejorar distintos aspectos del residente. Está comprobado que la terapia con música, la terapia asistida con animales o el acompañamiento terapéurtico mejoran capacidades cognitivas y aumentan el bienestar emocional de la persona con Alzheimer.

En el centro residencial de Sanitas en Tarragona destaca la individualización de los cuidados, entre los que destaca el acompañamiento terapéutico. “Se trata de una modalidad de cuidados donde se proporciona un acompañamiento individual que se personaliza en función de la valoración técnica del residente y siempre de acuerdo con la familia. Nuestra psicóloga analiza el caso y en función de las características de la persona propone una individualización de los cuidados, tanto en cuanta a horas semanales, un trabajo específico a realizar con el residente, unos objetivos y un perfil determinado de acompañante. Hemos comprobado que estos acompañamientos son beneficiosos tanto para el residente y sus familiares como para los cuidadores”, explica Beatriz Borrellas, psicóloga del centro residencial de Sanitas en Tarragona.

Por otro lado, la investigación en el campo de las terapias con música ha permitido concluir que se trata de una alternativa efectiva en el tratamiento del Alzheimer. La música puede reforzar las habilidades cognoscitivas (memoria, retención y evocación de información), permitiendo a las personas enfermas  conectarse con toda seguridad con el mundo externo, por periodos más prolongados de tiempo, mientras les mantiene en actividad, incluso en la fase avanzada de la enfermedad.

La terapia con música refuerza las capacidades cognoscitivas

La exposición a canciones propias de la época de la edad del paciente, la potenciación de actividades rítmicas, auditivas y de coordinación, contribuye de manera clara a la cognición en aspectos motrices como en agnosia auditiva, memoria retrograda, autobiográfica, lenguaje expresivo, tanto como en la disminución de alteraciones conductuales, el incremento de la capacidad de lenguaje expresivo, la fluencia verbal y la disminución de los síntomas de alteración afectiva

Cualquier persona con alteraciones en la atención, la memoria, el lenguaje y la motricidad pueden beneficiarse de esta terapia. Son muy diversos los objetivos que se trabajan en estas sesiones, pero uno de los principales objetivos es el desarrollo de la escucha mantenida en el contexto sonoro y musical de la sesión, puesto que en esta escucha existe la implicación emocional con todo aquello que suena y, por tanto, permite manifestarse a los afectos y emociones tal y como son. Este hecho es determinante para el desarrollo personal y social.

Por otro lado, está demostrado que el contacto de las personas mayores con los animales tiene efectos terapéuticos que favorecen el estado emocional y estimulan la actividad cognitiva. La terapia asistida con animales ha experimentado un notable crecimiento y aceptación en las últimas décadas y, en la actualidad, sus distintas modalidades están integradas en gran cantidad de programas para tratar a determinados sectores de la población, destaca especialmente su aplicación en personas mayores.

La Terapia Asistida con Animales mejora el estado emocional y la actividad cognitiva

La polivalencia de este tipo de terapias debido a la gran cantidad de actividades y a los diferentes animales a los que se puede recurrir, hacen de ésta un perfecto para que los mayores mejoren, gracias a sus estímulos sencillos, distintos aspectos como las funciones cognitivas, las capacidades psicomotrices o los reflejos posturales, además de mejorar el estado emocional y, en última instancia, las relaciones sociales.

Además, tiene efectos inmediatos en los pacientes. Está demostrado desde hace años que la interacción con animales mejora la recuperación de enfermedades cardiovasculares, incluso las previene, disminuye la ansiedad, la depresión, y el solo hecho de acariciarlos reduce la tensión arterial, que se interpreta como una bajada del estrés. En cuanto a perros se refiere hay estudios que demuestran la disminución de la tensión arterial, el colesterol, triglicéridos, aumenta la calidad de vida de los ancianos, su supervivencia en afecciones coronarias, reduce problemas de salud menores y es un buen complemento para los tratamientos contra la ansiedad.

Existe otro tipo de terapias que tienen como fin el uso de materiales para aumentar la estimulación de los sentidos. En este sentido, se ha probado que la terapia Snoezelen busca proporcionar experiencias agradables que fomenten el bienestar emocional y aumenten la relajación. Gracias a estos efectos, se reducen los comportamientos disruptivos, lo que facilita el tratamiento de estas personas y mejora su sociabilidad tanto con sus familiares como con los compañeros del centro y sus cuidadores.

Las salas Snoezelen proporcionan una terapia multisensorial

Se utilizan estímulos personalizados a través de materiales relacionados con los cinco sentidos: visuales (pintura fluorescente, proyectores de luz, linternas), auditivos (panel de sonidos, música), olfativos y gustativos (aromas, degustaciones), táctiles (peluches, texturas), vestibulares (columpios, hamacas) y propioceptivos (sillas, almohadas, piscina de bolas).

Las terapias no farmacológicas también muestran beneficios en los cuidadores

Estas terapias también están enfocadas a la mejora del bienestar psicológico y el aumento de calidad de vida del cuidador. El síndrome de sobrecarga del cuidador que se presenta en personas que desempeñan el rol de cuidador principal de una persona dependiente. Se caracteriza por el agotamiento físico y psíquico. La persona tiene que afrontar de repente una situación nueva para la que no está preparada y que consume todo su tiempo y energía. Se considera producido por el estrés continuado  en una lucha diaria contra la enfermedad, y que puede agotar las reservas físicas y mentales del cuidador.

Estas terapias sobre el cuidador se podrían diferenciar en:

- Apoyo al cuidador. Información relacionada con la demencia y sus causas, y de apoyo poco estructurado (vías para la descarga o refuerzo afectivo). Ejemplos serían: grupos de autoayuda, dispositivos electrónicos para proveer información o establecer redes de cuidadores.

- Educación y entrenamiento. Aprendizaje de técnicas de tipo cognitivo-conductual dirigidas a manejar el estrés derivado del papel de cuidador (resolución de problemas, reestructuación cognitiva).

- Asesoramiento y gestión de casos. Se educa progresivamente al cuidador en la existencia y utilización de servicios sociales y sanitarios que pueden aliviar la carga.

- Cuidados de respiro. Aplicación rutinaria de servicios dirigidos a aliviar la carga (ayuda en el domicilio, ingreso de respiro, centro de día, etc.) de forma no individualizada.

- Intervención multi-componente. Combinación de alguna de las anteriores, ya sea de una forma “rígida” (asesoramiento y grupos de autoayuda) o individualizada según las características y necesidades del cuidador.

En conclusión el uso de terapias no farmacológicas mejoran la capacidad cognitiva de los mayores y aumentan la calidad de vida tanto de los pacientes como de los cuidadores, todo ello a través de la estimulación de los diferentes sentidos. En cualquier caso las terapias no farmacológicas trabajan de manera complementaria con terapias farmacológicas dando apoyo y mejorando el efecto de las mismas.

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