Los Bombers, los ídolos de la Plaça de la Font

Cinco concejales del PSC, los únicos del equipo del Gobierno que han dado la cara y encajado los reproches de la ciudadanía

02 octubre 2017 12:27 | Actualizado a 02 octubre 2017 15:00
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La Plaça de la Font ha sido una muestra de las emociones que se están viviendo en las últimas horas entre la ciudadanía. Ha habido reproches y aplausos, y por encima de todo un claro reconocimiento al papel que están ejerciendo los Bombers de la Generalitat. Estos fueron los claros protagonistas de una concentración que ha reunido a varios cientos de personas y que ha sido un entremés de cara a la situación que se prevé durante los próximos días.

Sin lugar a dudas, la imagen ha sido la de los Bombers aparcando su camión en medio de la plaza y recibidos con los gritos de “sou collonuts” de las personas que en aquellos momentos se encontraban concentradas. Después de un largo y emotivo aplauso, han avanzado entre el público que no ha dejado de aplaudirles y de darles las gracias por su implicación para que ayer pudiera votarse.

 
 

El grupo formado por más de una veintena de profesionales ha avanzado hasta la fachada del Palau Municipal y, situándose delante del Ayuntamiento, ha demostrado su agradecimiento al homenaje espontáneo y a las numerosas muestras de apoyo que están recibiendo. Se han visto algunas lágrimas y a más de uno que le costaba sobreponerse, a pesar de que es un colectivo que está acostumbrado a vivir situaciones de emociones al límite. Tras avanzar por un cordón humado, delante de las puertas del Ayuntamiento sostuvieron una pancarta con la palabra 'shame' (vergüenza) delante de la situación que se está produciendo.

Sergi Freijo, del Parc de Bombers de Tarragona, reconocía que “somos un colectivo curados de espantos, pero la represión brutal y desmesurada contra la ciudadanía no tiene ningún mecanismo de justificación”. De hecho, Freijo lo vivió en propia persona desde el instituto Tarragona. Allí vio como la policía nacional entró haciendo uso de la fuerza para llevarse las urnas.

“Estamos muy bien valorados por parte de la ciudadanía, porque estamos por ayudar a la gente, y en este caso también”, ha asegurado el portavoz de estos profesionales quien reconocía que “la fuerza no está tan solo en nosotros, aquí hay muchos colectivos y nosotros tan solo somos una parte muy pequeña”.

De hecho, la llegada de los Bombers consiguió rebajar los nervios que se estaban viviendo en aquellos momentos. El motivo eran los gritos de indignación que los ciudadanos allí concentrados manifestaban alrededor de la gestión del alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros. El máximo representante municipal condenó los hechos con un tuit en las redes sociales y un comunicado a última hora de la tarde, cuando los colegios ya estaban cerrados y muchas personas pedían su comparecencia por los hechos ocurridos en la ciudad.

Y esto ha hecho, que los ciudadanos concentrados les reprocharan ser “cómplices” de las agresiones vividas durante el día de ayer. Los que vivieron en sus propias carnes esta indignación son los concejales del PSC Pau Pérez, Ana Santos, Francesc Roca y Elvira Ferrando, que, junto con el exedil Joan Sanahujes estaba en la plaza. Posteriormente también se sumó Josep Maria Milà, el tercer de los concejales independientes que los socialistas tienen en Govern.

Se vivió algún pequeño episodio de tensión, sobre todo cuando Pau Pérez se dirigió a algunos de los que les increpaban y tuvo que serenar los ánimos el responsable de la ANC en Tarragona, Pere Grau. Una situación que incomodó visiblemente a Ferrando y a Roca. Ésta, que anunció en las redes sociales que había ido a votar, mostró en más de una ocasión la intención de abandonar la plaza a causa de los gritos que les estaban dirigiendo.

Ballesteros estaba en Barcelona y tampoco se dejó ver ningún representante de sus socios de Gobierno ni de Ciutadans.

“¿Dónde está el hombre que votamos?”, gritaba uno de los asistentes que no podía esconder su indignación. Y la Plaça de la Font ha cantado el ‘Passi-ho bé’ a una corporación municipal, a quien esta situación le puede pasar factura.

Entre los asistentes, Laia Comes, de 18 años, que junto a unos amigos ha asistido con sus amigas. “Fue vergonzoso. Estaba en el instituto Tarragona, que había ido a buscar a mí tía de 80 años. Entraron empujando a la gente mayor y después la policía provocando y disparando balas de goma. ¿Hacían falta dieciocho furgonetas?”, decía.

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