Los Comuns se suman al pacto entre JxCat y PSC en el Tarragonès

La coalición de izquierdas, que en la Diputació de Barcelona había vetado a los postconvergentes, formará parte del gobierno comarcal

15 julio 2019 20:02 | Actualizado a 15 julio 2019 20:05
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Sorpresa mayúscula en el Consell Comarcal del Tarragonès. Pese a que en decenas de ayuntamientos, la Diputació de Barcelona y la Generalitat de Catalunya los Comuns han vetado a lo largo de los últimos tiempos cualquier posible pacto con Junts per Catalunya – «por ser la derecha catalana»–, finalmente la coalición de izquierdas ha accedido a formar parte del gobierno comarcal junto a los postconvergentes y el PSC.

De esta forma, los socialistas y los de Carles Puigdemont sumaron ayer los dos votos que les faltaban para lograr la mayoría absoluta en el pleno de la institución de la calle de les Coques y materializan, asimismo, un polémico pacto de gobierno que comportará la presidencia compartida hasta 2023. 

Después de apartar contra todo pronóstico del ejecutivo del Tarragonès a Esquerra Republicana, ayer se hizo público que los nueve consejeros del PSC y los siete de la formación heredera de la antigua Convergència integrarán en el ejecutivo de la administración local a los dos representantes de los Comuns: Mario Téllez y Marisa Méndez de Vigo, sumando de esta manera 18 de los 33 consejeros comarcales. 

«Este acuerdo se ha basado en los buenos resultados del pacto que firmamos en 2015, que ahora amplía su representatividad política», justificó ayer el nuevo presidente de la corporación, Joan Martí Pla (JxCat) –de Perafort–, quien añadió que los últimos «han sido cuatro años de eficacia y de rigor que nos han permitido sanear económicamente el Consell sin buscar el partidismo».  

«Acuerdo en clave territorial»
En el documento que ayer firmaron postconvergentes y socialistas con los Comuns se especifica que el pacto «está pensado en clave territorial», y se recalca que éste «se ha decidido desde el territorio, al margen de las diferencias que, legítimamente, puedan tener las formaciones en cuestiones de política nacional», se indica en referencia al acuerdo que hace pocas semanas se firmó en la Diputació de Tarragona entre Esquerra y Junts per Catalunya para investir como presidenta a Noemí Llauradó (ERC).

Este pacto formó parte de un acuerdo a nivel nacional de las cúpulas de los partidos en el que también implicó el Ayuntamiento de Reus –para Junts– y la Diputació de Lleida –para ERC. 

El portavoz de los Comuns, Mario Téllez, reconoció ayer la «contradicción» que, para la coalición de izquierdas, supone pactar con Junts per Catalunya. «Nosotros apostábamos por un pacto con PSC, ERC y la CUP, pero no ha sido posible. De momento intentaremos buscar el consenso con Junts y PSC y, si vemos que esto no es posible, tiraremos hacia atrás. Queremos solucionar los problemas de los ciudadanos».  

El pacto entre las tres formaciones establece una presidencia compartida entre Junts y PSC. El alcalde de Perafort –Joan Martí Pla– asumió ayer la presidencia asta el verano de 2021. Será entonces cuando el socialista Óscar Sánchez –que igual que Joan Martí Pla en Perafort gobierna en Constantí con mayoría absoluta– le tomará el relevo hasta final de mandato, en 2023. La estructura del gobierno que firmaron ayer por la tarde PSC, Junts y Comuns reserva dos vicepresidencias para los socialistas, otras dos para los postconvergentes y la quinta para En Comú Guanyem. 

«Oposición rigurosa» de ERC
El acuerdo de Junts per Catalunya con PSC y Comuns no gustó nada en ERC, que lamentó que los postconvergentes se decantaran por los socialistas «en un momento en el que tenemos presos políticos y exiliados», según afirmó la portavoz, Núria Batet, quien recordó que «el mandato que ahora se inicia es muy diferente al de hace cuatro años. El 1 de octubre marcó un antes y un después». 

La representante republicana resaltó, asimismo, que su formación llevará a cabo «una oposición rigurosa», descartando de esta manera la mano tendida que le ofrecieron PSC y Junts para entrar en el goiberno. 

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