Los pisos turísticos en Tarragona han crecido un 56% en lo que va de año

El Ayuntamiento quiere hacer un inventario de todos los apartamentos legales para conocer si es necesario actuar

10 diciembre 2017 11:09 | Actualizado a 14 diciembre 2017 13:18
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Un ático en Cala Romana por 62 euros la noche, la «bonita» y «entrañable casa de mi abuela» con vistas a la Plaça dels Carros y un apartamento «a tan solo cinco metros de la Platja Llarga». Son sólo algunos de los más de 300 anuncios que ofrece la plataforma Airbnb cuando uno busca la oferta de apartamentos turísticos en Tarragona ciudad.

Su proliferación ha sido sostenida pero constante a lo largo de los últimos años. Y esto genera una serie de interrogantes a los que el tiempo proporcionará una respuesta. ¿Los pisos turísticos son un problema en Tarragona? ¿La situación que se ha vivido en algunos barrios de Barcelona puede generar un efecto contagio?

Según el Departament d’Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya, Tarragona tenía registrados un total de 712 apartamentos a día 9 de noviembre, el último dato disponible. La cifra se ha incrementado en un 56% respecto a principio de año, cuando este registro tenía contabilizados un total de 456 apartamentos. Joan Calvet, presidente de la Associació d’Apartaments Turístics Costa Daurada i Terres de l’Ebre, valora que «este incremento es bueno porque significa que se está regulando esta práctica. Más apartamentos, menos ilegalidades y menos falta de control». 

La estadística refleja la situación por zonas de la ciudad. Es significativo que la oferta se concentra en tres ámbitos como son Part Alta, Eixample y Llevant. El Serrallo, por su parte, registra unos datos muy bajos, a pesar de ser una zona muy atractiva a nivel turística. Tan solo hay inscritos dieciocho inmuebles. «Es un aspecto que sorprende, quizás hay más ilegales», opina Calvet.

Los datos también evidencian dos hechos que llaman la atención. El primero es que el Eixample concentra la parte principal de esta oferta. En la Rambla Nova y las calles de los alrededores hay un total de 261 apartamentos regularizados, lo que supone un 36% del total. El segundo aspecto es que precisamente en esta zona es donde se ha registrado el incremento más significativo ya que hay 110 pisos más que a principios de año, lo que significa que cada mes se ha dado de alta una media de diez apartamentos nuevos.

¿Seguirá creciendo?

El sector cree que, tras el crecimiento que se ha registrado, «ahora las cifras se estabilizarán. Los que querían regularlo ya lo han hecho. Se han puesto al día para evitar sanciones». Y es que, según afirma Calvet, «la cifra no es significativa. No hay una base para hablar de turismofobia».

La Associació d’Apartaments Turístics Costa Daurada i Terres de l’Ebre suma un total de cinco empresas asociadas en la ciudad que tienen en propiedad 82 apartamentos o, lo que es lo mismo, 557 plazas. Esto deja entrever que la mayoría de estos apartamentos son de propietarios privados que buscan en el turismo un mecanismo de negocio. 

Al ser una actividad con muchos particulares hace que se desconozca el alcance real de este fenómeno, dado que no hay datos sobre los ilegales. Se calcula que en Catalunya por cada piso regularizado hay otro que no lo está. «No creemos que sea el caso de Tarragona. Quizás en zonas de costa, donde los dueños son de fuera, pero aquí los propietarios son mayoritariamente gente de la ciudad que quiere hacerlo bien».

La situación que se ha generado en algunos barrios de Barcelona, con problemas con los vecinos, ha generado un efecto contagio. Colectivos como Farts de Soroll han denunciado en reiteradas ocasiones que en la Part Alta se están expulsando a vecinos para acoger a los turistas. En cambio, el presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, defiende que los pisos turísticos «dan vida al barrio». «Es una forma de renovarse y de tirar adelante una serie de proyectos que estaban parados».

Se disparan los precios

¿Qué consecuencias está teniendo sobre la ciudad de forma inmediata? En Tarragona, donde la oferta de pisos de alquiler es inferior a la demanda, la apuesta por los apartamentos turísticos que están llevando a cabo algunos propietarios hace que la situación sea aún más complicada. Y esto se traslada a los precios. Desde Finques Rambla Vella han constatado esta situación. «En general en Tarragona ciudad los precios del alquiler se han disparado. Hemos pasado de los 450 euros a 700 cuando se acaba el contrato». Apuntan que el problema se está dando principalmente en el centro. «En los barrios no lo vemos de una forma tan acentuada, pero hemos llegado a un punto en el que la gente obrera, normal, no puede alquilar un piso en Tarragona».

El sector inmobiliario considera que en este caso sí que ha habido un «efecto contagio» en el incremento de precios que se ha registrado en Barcelona, que en algunos casos puede traducirse en un aumento de hasta el 50%, cuando finaliza el contrato.

Un mapa de situación

Algunos ayuntamientos de las principales ciudades turísticas ya han tomado medidas de cara a sostener este fenómeno. De momento no es el caso de Tarragona. Pese a ello, el concejal de Territori, Josep Maria Milà, quien es el responsable del área de Llicències, explicó que «estamos haciendo un trabajo para situar en un mapa todos los pisos turísticos que hay en la ciudad». La actuación se centrará en los legales, ya que en el caso de los ilegales, la administración apunta que no tiene los recursos suficientes para inspecciones. Éstas pueden derivar en sanciones de 3.000 a 30.000 euros.

Milà manifiesta que «Tarragona no tiene la problemática de Barcelona, pero las cifras van aumentando. Debemos ver si estamos dentro de unos límites que podrían definirse como aceptables». Asegura que éste será un primer paso y que, con el documento encima de la mesa, la administración local podrá estudiar si deben tomarse algún tipo de medidas.

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