Los socorristas se adaptan al coronavirus y no podrán reanimar con el boca a boca

Creu Roja y la Federación Española de Salvamento han diseñado dos protocolos de actuación en los que las medidas estrictas para reducir el riesgo de contagio del coronavirus están muy presentes

07 junio 2020 07:20 | Actualizado a 08 junio 2020 15:53
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El coronavirus también ha cambiado el día a día de dos elementos característicos en cualquier playa. Unos actores principales como son los socorristas se han tenido que adaptar a una serie de protocolos de protección frente a este virus altamente contagioso.

Todavía no han comenzado la temporada de trabajo de manera total. De hecho, en Tarragona, las playas todavía no cuentan con la presencia de socorristas de forma continuada a lo largo de la semana, solo la playa de l’Arrabassada cuenta con servicio de vigilancia desde el pasado 16 de mayo, aunque únicamente lo hace durante los fines de semana.

Este contexto cambiará a partir del 16 de junio, cuando todas las playas de la ciudad ya contarán con servicio total de vigilancia y en el resto de municipios se implantará de forma progresiva durante las próximas en las que la entrada de Tarragona en la fase 3 aumentará todavía más la aglomeración de bañistas o al menos eso se cree.

Precisamente ayer se realizaron las pruebas físicas para los aspirantes que se han presentado para cubrir las vacantes disponibles. Creu Roja era la encargada de realizar estas pruebas y de ofrecer el servicio de vigilancia en las playas de Tarragona, Roda de Berà, Deltebre, l’Ametlla de Mar y l’Ampolla.

Muchos de los socorristas que este verano estén en las playas bajo el contexto del coronavirus se guiarán mediante un protocolo de actuación que ha desarrollado la Federación Española de Salvamento, aunque hay que recalcar que Creu Roja también ha adaptado su protocolo interno. El documento, con fecha de actualización del 17 de mayo de 2020, establece «las recomendaciones para actuar frente a la Covid-19 en actividades relacionadas con el salvamento y socorrismo tanto en el ámbito profesional (actuaciones de primeros auxilios y en el medio acuático) como en el deportivo (actividades en seco y en espacios acuáticos)».

Este protocolo tiene como objetivo primordial «conseguir preservar la salud de las personas implicadas en ellas minimizando los riesgos de transmisión de la Covid-19 y proporcionar un ambiente seguro y saludable tanto para el desempeño de la actividad profesional del socorrista como para la práctica deportiva de la modalidad de salvamento y socorrismo».

Normas contra el coronavirus

Las normas de protección que rigen el día a día de los socorristas en la nueva normalidad son firmes y anteponen la seguridad por encima del todo. Destaca en el protocolo el tema de cumplir con la distancia de seguridad entre los propios socorristas y también entre estos y los bañistas. En caso de actuación, se debe hacer con los EPIs necesarios para realizar cualquier acción sanitaria y solo un socorrista. Además, «el socorrista debe colocar una mascarilla quirúrgica previamente a la victima, siempre que el contexto lo permita».

Otra de las grandes novedades es que «en las víctimas en parada cardiaca solo se realizan compresiones torácicas. Bajo ningún concepto se realizarán ventilaciones boca a boca». Por último, que «queda totalmente prohibida la entrada de familiares u otros acompañantes en el puesto de socorro, exceptuando que la víctima sea menor de edad».

Todas estas normas apuntan a estar vigentes durante todo el verano, a no ser que el coronavirus desaparezca de nuestra realidad, algo complicado a corto plazo.

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