Luz verde a la nueva parada de bus del Pont del Diable de Tarragona

Hasta el momento, estaba instalada en pleno carril de incorporación de la carretera N-240. Ahora se traslada unos metros, y mejora en seguridad y en accesibilidad

18 julio 2020 17:37 | Actualizado a 24 julio 2020 17:39
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La imagen de un grupo de japoneses esperando en medio de la carretera N-240 a que el autobús municipal les pasara a recoger, después de visitar uno de los monumentos más importantes de la ciudad, ya es historia. La Empresa Municipal de Transport (EMT) pone fin a una larga reivindicación vecinal de Sant Salvador. El pasado lunes, se iniciaron las obras de la nueva parada de autobús del Pont del Diable. 

Hasta ahora, la parada en cuestión estaba instalada en pleno carril de incorporación a la carretera N-240, sin marquesina ni ningún otro resguardo. Esto obligaba a los usuarios a tener que caminar por el estrecho arcén de la vía, hasta llegar al acceso del monumento, en el aparcamiento. Se trata de la única manera que hay de llegar al Pont del Diable en transporte público. 

Los vecinos de Sant Salvador llevan años reivindicando una parada de autobús en condiciones, ya que también mejoraría la conexión entre el barrio y el centro de la ciudad. En 2014, el Ayuntamiento encargó un proyecto, que acabó desestimándose por su elevado coste. 

La EMT ha optado por trasladar unos metros la parada de autobús y trasladarla a la isleta que hay justo a la entrada del Pont el Diable. «Habilitaremos un carril de tres metros para que pueda parar el bus, instalaremos una especie de andana con la señalización adecuada y una marquesina», explica el presidente de la EMT, Jordi Fortuny, quien añade que «la situación actual de la parada es muy peligrosa y con una accesibilidad muy mala». Además, desde la parada y hasta el parking del monumento, se hará un camino de dos metros de ancho por el lado de la carretera, para poder acceder con seguridad al recinto patrimonial. El coste de la obra es de 25.000 euros y la previsión es que en tres semanas esté acabada. «Después de muchos años, conseguiremos tener una parada de autobús segura y en condiciones», añade Fortuny.

Lo que por el momento no se prevé que tenga solución es la instalación de una segunda parada de autobús al otro lado de la carretera N-240 para volver a Tarragona. Los que lo necesiten, deben hacer toda la vuelta o subir andando por el arcén hasta las paradas de Sant Ramon o de L’Ebre. Fortuny asegura que es «prácticamente imposible» solucionar esta falta.

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