Movilización vecinal para combatir la degradación de la calle Pere Martell de Tarragona

Se trata de una de las vías más céntricas de la ciudad que, en los últimos años, se ha convertido en punto de encuentro de sintechos y de jóvenes que generan conflictos

04 octubre 2020 18:40 | Actualizado a 05 octubre 2020 09:42
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De la Plaça Imperial Tarraco hasta El Serrallo. La calle Pere Martell conecta la plaza más céntrica de la ciudad con la joya de la corona, el barrio marinero. Cada día pasan por él miles y miles de peatones y coches. Sin embargo, la sensación de inseguridad por parte de los vecinos es cada vez más «insostenible». La degradación de esta vía principal preocupa, tanto a los residentes como al Ayuntamiento. La calle Pere Martell se ha convertido en el punto de encuentro de personas que viven en la calle y de grupos de jóvenes incívicos, que generan mal ambiente en el lugar. Los vecinos han decidido juntarse y luchar conjuntamente para poner fin a esta situación. La nueva asociación de vecinos trabaja para presentarse en sociedad el próximo mes de noviembre.

Almudena vive en la calle desde hace quince años. Explicaba hace unos días que siempre había ido sola al trabajo y a buscar a sus hijos. «Ahora, siempre intento ir acompañada. La calle da miedo. Con la de ayer, era la cuarta vez que un grupo de señores me increpaba. Estoy muy harta», explica esta vecina de 48 años. Antonio –quien regenta un comercio en la calle– lo tiene claro: «Cuando no hay nadie dentro de la tienda, cierro la puerta con llave. No me quiero arriesgar porque ya he tenido algún susto», añade. Y así viven y opinan la mayor parte de los vecinos de esta calle, quienes coinciden en asegurar que la sensación de inseguridad llegó hace tres años y que, tras el confinamiento, la situación ha empeorado.

«Lo que no queremos es que trasladen el problema a otro punto de la ciudad», Lorena Holm, de la Asociación de vecinos

Uno de los puntos que genera más conflicto es la esquina entre la calle Pere Martell con Higini Anglès. Desde hace unos años, allí se reúnen día tras día un grupo de sintechos. Viven y duermen en la calle y se pasan el día sentados en los bancos que hay delante de las oficinas de Mapfre. Habitualmente, les acompañan los brics de vino o las latas de cerveza, recipientes que luego quedan por allí tirados, generando suciedad.

Los vecinos denuncian esta situación. «No es agradable ver constantemente gente bebida y buscando comida en las basuras debajo de tu calle», explica Anna, una vecina, quien añade que «las administraciones deberían encontrar una salida para estas personas».

Los vecinos sospechan que esa esquina es cómoda para los sintechos, ya que utilizan el Parc de la Ciutat o el antiguo parking Battestini como lavabo público. «Pasas por el parque y se puede oler el pipi», explica Yoli, otra vecina. Por otro lado, hay un par de supermercados que tienen abierto hasta muy tarde, donde consumir alcohol es más fácil. Además, en el primer tramo de la calle –el más cercano a la Plaça Imperial Tarraco– hay dos o tres bares, en los que se reúnen grupos de jóvenes que protagonizan peleas y discusiones de manera continuada.

Buscando soluciones

Con este panorama, los vecinos han decidido ponerse manos a la obra y encontrar una solución al problema. La impulsora de la iniciativa es Lorena Holm, una profesora que quiere, junto con otros vecinos, dar un giro positivo a la calle. Se organizaron a través de Facebook y las primeras reuniones fueron en el Parc de la Ciutat. El objetivo de la asociación es mejorar la vida de los vecinos, tratando distintos aspectos, como es el urbanismo, el comercio, la seguridad y, por último, la parte más social. «Lo que no queremos es que trasladen el problema de un barrio al otro», explica Lorena Holm, presidenta de la Associació Moviment Veïnal Pere Martell.

«La clave es aunar la necesidad de dignificar la calle, dando protagonismo a los peatones», explica Xavi Puig, concejal de Urbanisme

Para el colectivo, el tema urbanístico es vital en esta transformación. «No es una calle bien conservada. Su estado, la poca iluminación, la suciedad y demás, conduce a que haya este tipo de conductas», opina Holm, quien reivindica una calle más amable, donde los peatones tengan prioridad, la contaminación acústica se reduzca y los comercios sean de productos de proximidad.

La idea de este colectivo es llevar a cabo una especie de proceso participativo, donde los vecinos, el resto de tarraconenses y las administraciones, decidan qué hacer con la calle para recuperar su pulso habitual. «A partir de aquí, y teniendo en cuenta el presupuesto del Ayuntamiento, actuar», apunta Holm.

Protagonismo para los peatones

El concejal de Seguretat Ciutadana, Manel Castaño, asegura que la situación en la zona de Pere Martell es una «cuestión de falta de civismo y no tanto un problema de delincuencia». La Guàrdia Urbana ha sido requerida en más de una ocasión para intervenir en la calle. Por otro lado, el concejal de Urbanisme, Xavier Puig, explica que el Ayuntamiento está en contacto con los vecinos y «compartimos el diagnóstico». Según Puig, «la clave de todo es aunar la necesidad de dignificar la calle, dando más protagonismo a los peatones con la importante función de movilidad. Al ser una vía tan céntrica, es importante estudiar bien el tema».

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