Mucho ruido y pocas nueces

‘Instinto’. Movistar+ prometió que íbamos a ver una serie con una carga erótica nunca vista aquí y todo ha quedado en un coitus interruptus

17 mayo 2019 17:13 | Actualizado a 17 mayo 2019 21:51
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No eres tú, soy yo Mario. No es que me prometieras el cielo y me has dado el infierno. No es que Movistar+ me jurara que iba a ver una serie que nunca se había filmado en nuestro país y que iba a haber un antes y un después en las series españolas, y a mí me suena que esto ya lo he visto.

No es que la productora Bambú no haya echado toda la carne en el asador y me parezca que se le ha quemado. Mario, no es que nunca me hayas convencido con tus interpretaciones y que esta vez pensé, venga esta la clava, y va a ser que no. No, no eres tú, soy yo Mario.

A Mario Casas me lo suelo creer poco, pero en ‘Instinto’ menos todavía. Plano y sin emoción

Instinto, la nueva apuesta fuerte de Movistar+ se estrenó el pasado 10 de mayo bajo unas enormes expectativas. Todo el mundo estaba deseando ver qué había de cierto en todo lo que nos habían vendido de la serie. Los creadores aseguran que es un thriller erótico y bueno algo de thriller hay y erótica pues... venga va, también.

Hacía tiempo que no veía una campaña de promoción tan brutal como la que ha llevado a cabo Movistar+ con esta serie. Miraras donde miraras había alguien promocionándola o publicando sobre ella y creo que en esta ocasión el refrán de «dime de qué presumes y te diré de qué careces» se cumple casi a rajatabla.

Y no estoy hablando del pene de Mario Casas, el gran gancho promocional que han usado para vendernos Instinto. Es un poco lamentable que en pleno siglo XXI el mayor reclamo de una serie sea el de que vamos a ver un desnudo integral del protagonista. ¿De verdad? ¿Es todo lo bueno que podéis decir de vuestro producto? Y esto sin contar que se dice, se comenta, se rumorea, que Casas usó una prótesis... Mira ves, esto sería bonito comprobarlo.

Pero ¿de qué va ‘Instinto’?

Mario Casas interpreta a Marco Mur, un joven empresario dueño de una de las compañías tecnológicas más exitosas del mundo, Alva. Comparte su empresa con su amigo de toda la vida Diego (Jon Airas) y la mujer de éste Bárbara (Bruna Cusí). Al equipo se incorpora Eva (Silvia Alonso), una ambiciosa ingeniera que llega para romper el equilibrio y la tranquilidad que reina en la empresa.

Marco es un hombre frío, atormentado por un pasado muy turbio que poco a poco iremos descubriendo a la largo de los ocho episodios que forman la temporada. Su única vía de escape es asistir a un club privado donde todo el mundo lleva máscara y el sexo se vive sin ningún tipo de prejuicios ni tapujos.

Óscar Casas e Ingrid García-Jonsson junto a Lola Dueñas son lo más interesante de la serie

La estética del club es digna de mención. La decoración es barroca a más no poder y tan extremadamente perfecta y correcta que cuesta de creer. Aquí se supone que es donde vamos a ver ese sexo desmelenado y desinhibido que nos han vendido en la campaña promocional y la verdad, haberlo haylo, pero lo cierto es que el hermetismo y la plana emoción que aporta Mario Casas a la interpretación te corta el rollo. Que sí, que es un hombre atormentadísimo y súper súper frío pero de verdad hijo, ¡ponle algo de emoción a la cosa! Ah, y vocaliza, que tampoco cuesta tanto.

Los reyes de la serie

Pero si hay alguien que para mí son realmente los protagonistas de la serie son Óscar Casas e Ingrid García-Jonsson. Sus interpretaciones junto a la de Lola Dueñas, es lo más destacable de Instinto.

Óscar Casas interpreta a José, el hermano de Marco, un adolescente con autismo que vive tutelado en un centro especializado. A su vez Ingrid García-Jonsson interpreta a Clara, una psicopedagoga que trabaja en el centro donde está José y que es la única que consigue conectar con él.

La interacción entre ambos personajes es de lo mejorcito de la serie. Por otro lado, Laura (Lola Dueñas), la madre de Marco, aparece inesperadamente en su vida lo que hace que empiece a recordar una infancia que tiene olvidada en lo más recóndito de su cerebro y que gracias a sus continuas visitas a Sara (Myriam Gallego), su psicóloga, y a Pol Garrido (Juan Diego Botto), un peculiar psicólogo, consigue ir desentrañando. Finalmente, Marco recuerda el porqué de sus traumas y la verdad, los guionistas podrían haber pensado algo muchísimo menos repulsivo.

En definitiva, Instinto promete algo que no cumple y seguramente si me la hubieran vendido como un drama estaría hablando de otra manera pero es lo que hay y a mí no me ha convencido.

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