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«He recuperado esta cena con el objetivo de expresar lo que para mí es el rotarismo, una forma de devolver a la comunidad un bien con el apoyo de todos». Joan Patau, presidente del Rotary Club de Tarragona, explicó así el motivo de que volvieran a celebrar la Cena Solidaria que desde hacía varios años había dejado de organizarse en la capital.
No faltó nadie la noche del viernes. La presidenta de AECC de TGN, Ana Vilallonga;el arzobispo Jaume Pujol; la magistrada del Tribumal Supremo, Rosa Mª Virolés; el padre Mario; el pdte. del Consell de Participació d’Assessorament en Matèria de Modernisme, Josep Mª Buqueras;el pdte. del Club Lions, Jacques Beruck; empresarios; pdtes. de colegios profesionales; y hasta el Ayuntamiento, representado por la teniente de alcalde Elvira Ferrando, que subrayó «la importancia de la colaboración de entidades no elitistas como Rotary a la hora de conseguir proyectos ambiciosos». En total 124 personas que llenaron la sala Forum del Hotel Ciutat de Tarragona para apoyar la Educación en Camerún.
«Intentamos acercar la formación a las zonas más pobres de Camerún, restaurando escuelas abandonadas para dar cabida a un centenar de niños sin recursos, y gestionándolas para otorgarles agua y pequeñas infraestructuras necesarias», dio a conocer el padre Matteo, quien gestiona las misiones de la comunidad de Padres Rogacionistas del Santuario de nuestra Sra. del Loreto.
La noche, sin embargo, también tuvo sorpresas. Un trío de mariachis apareció durante la velada para amenizarla con un amplio repertorio de rancheras. Las Mañanitas, El rey y México lindo y querido fueron algunos de los temas que dedicaron a las distintas mesas, una por una. Con su despedida llegaron los premios.
El Rotary Club de TGN entregó el Premio Kesse a Antón Solaneras, por su trayectoria como director de Dow Quemical impulsando innumerables actos de colaboración con la capital. Asimismo, el club concedió el Premio Servir a la Fundació Privada Mutua Catalana, por su difusión de la cultura a través de actividades filantrópicas, científicas y sociales. «Ambos reconocimientos muy merecidos», apuntó la junta que los propuso.
La rifa, tradicional en las noches solidarias de la capital, cerró la noche. La venta de los tíquets se sumó a la recaudación de la velada alcanzando un total más de 4.500 euros, contando a las 330 personas de la fila cero.
Todo ello se destinará a que los Padres Rogacionistas sigan impulsando la educación en las zonas más dejadas de África. Por su parte, el club recuperó una acción muy importante en su calendario, que encarna esa «vocación de servir» que el presidente Patau buscaba cuando empezó como voluntario en Mans Unidas y que encontró en los rotarios.
