Pequeñas acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020

Desde la Comissió de Política Ambiental URV se impulsan distintas iniciativas para garantizar un futuro sostenible 

30 mayo 2017 16:18 | Actualizado a 25 noviembre 2017 13:56
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«La universidad es una estructura que se dedica a preparar a los futuros profesionales», define Antonio de la Torre López, técnico de gestión ambiental de la Comissió de Política Ambiental Universitat Rovira i Virgili (URV). «Estos graduados universitarios serán los que tendrán un poder de decisión y una implicación mayor, por tanto, es importante formarles para que tengan presentes los efectos y consecuencias de sus actos sobre el medio ambiente», añade. De esta manera, De la Torre explica, al mismo tiempo, la importancia de que la misma universidad sea respetuosa con el medio ambiente y fomente valores relacionados con la sostenibilidad. 

El primer Pla de Medi Ambient de la URV se llevó a cabo el año 1994 con motivo de los inicios de la legislación sobre gestión de residuos o aguas y abordaba cuestiones como el control de los residuos que se generaban en los laboratorios docentes. Actualmente, la universidad está trabajando sobre la estructura del plan de actuación que contemplaba del 2011 hasta el 2015, ya que, tal y como explica el técnico de la comisión, «es una prolongación de los objetivos». «Algunos de los hitos del programa no se lograron en su totalidad a pesar del esfuerzo y otros se superaron con creces, por eso creemos que vamos por buen camino», comenta De la Torre.

Una de las medidas que se llevan a cabo en torno a este reto principal es el fomento de la bicicleta y el transporte público

Durante el proceso de elaboración del plan actual, la universidad tuvo la oportunidad de colaborar con el Estudi Ramon Folch i Associats, un gabinete barcelonés de análisis, diseño e implementación de estrategias de sostenibilidad corporativa y gestión ambiental. Gracias a su participación, fue más sencillo materializar los retos y alinearlos con los objetivos de la Unión Europea. El eje vertebrador del plan consiste en reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático en un 20% el 2020, tomando como referencia los datos del año 2005.

La movilidad universitaria

A partir de este desafío se inspiran una serie de objetivos secundarios como el ahorro de energía, la disminución del consumo del agua o la movilidad de la comunidad universitaria. «Cuando hicimos el inventario de los gases de efecto invernadero decidimos incluir aquellos que se deben a los desplazamientos obligados que realizan las personas que acuden a la universidad diariamente», dice De la Torre.

Algunas de las medidas que realiza la comisión son el financiamiento de un descuento en el precio del transporte interurbano y la creación de líneas de autobús específicas que paran en los diferentes campus, especialmente los que se encuentran a las afueras de los municipios como el campus Sescelades o la Facultat de Turisme i Geografia de Vila-seca. «Estas condiciones consiguen que el autobús sea competitivo con el vehículo privado», afirma De la Torre.

El principal reto que continúa vigente hoy en día es cambiar totalmente la movilidad de los miembros de la URV y conseguir que ir a pie o en bici sea el medio habitual y tradicional. Para ello, según De la Torre, es necesaria la implicación de los ayuntamientos de las distintas localidades donde la universidad tiene sede. «La mayoría de personas se desplazan en coche por culpa del riesgo o la inseguridad que les genera volver de noche», lamenta el técnico. Una posible solución a este problema es la creación de carriles para bicicletas o itinerarios seguros para llegar a los campus. De momento, la comisión impulsa su uso mediante talleres sobre cómo reparar bicis o la instalación de apoyo técnico en los aparcamientos.

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