Perforados los primeros 200 metros del túnel del Coll de Lilla

Dentro de quince días se prevé que empiecen las obras, que permitirán trabajar de forma simultánea desde Montblanc

06 marzo 2020 19:40 | Actualizado a 31 marzo 2020 11:03
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Las obras de perforación del túnel del Coll de Lilla siguen su curso y, en los próximos meses, se prevé que los trabajos puedan avanzar a un ritmo considerable, atendiendo al amplio despliegue de personal y maquinaria que ahora mismo hay sobre el terreno. La actividad se centra en ambos lados, aunque por el momento tan solo se ha iniciado la excavación en la zona de Fontscaldes.

Desde que arrancó la perforación a finales del mes de octubre se está trabajando en la apertura de la doble cavidad que va abriéndose paso entre la roca. En uno de los tubos ya se ha avanzado unos 200 metros, mientras que el otro va ligeramente más retrasado y está sobre los 150 metros, aproximadamente. Esto supone más del 10% de la longitud total del futuro túnel que, según el proyecto, medirá un kilómetro y medio de largo.

El terreno sobre el que se está trabajando contiene pizarras que, por el momento, no han presentado problemas. No obstante, esto hace que los trabajos avancen de forma más lenta y que, a medida que se va sacando la roca, se inyecte cemento en una estructura de cajón para evitar cualquier tipo de filtración de aguas que pueda generar un contratiempo.

De forma paralela, en el lado de Montblanc se está ultimando la preparación del emboquille (la entrada) con un paraguas en ambos tubos para reforzar el terreno. En este caso se utilizarán explosivos, lo que agilizará el proceso. En los últimos días ya se habrían preparado las cajas y está previsto que dentro de un par de semanas pueda comenzarse el proceso que permitirá que ambas bocas se encuentren en el interior de la montaña.

Según dio a conocer el Ministerio de Fomento –ahora Transporte, Movilidad y Agenda Urbana– cuando arrancaron las obras, está previsto que la perforación se prolongue por espacio de un año y medio. Después se llevará a cabo la instalación de los servicios y el revestimiento de las dos galerías. Esto debe permitir que en 2022 pueda ponerse en servicio este tramo de la A-27, entre la variante de Valls y Montblanc, que es la clave para mejorar las comunicaciones entre el Mediterráneo y el Cantábrico.

La actuación no es sencilla. La presencia de pizarras, anhidrita y arcillas expansivas obligó a replantear completamente el proyecto, adaptándolo a las nuevas necesidades de construcción. Las soluciones técnicas previstas hicieron que el coste del proyecto se disparara hasta los 115 millones de euros y, por tanto, el Consejo de Estado tuviera que autorizar este incremento en el gasto inicialmente previsto. Este trámite ralentizó el inicio de las obras. No obstante, el ejecutivo asegura que ahora no habrá que esperar a si hay o no una consignación presupuestaria para que estas puedan seguir adelante.

Según afirma el alcalde de Montblanc, Josep Andreu, «se está trabajando a toda máquina» y en las últimas conversaciones con los responsables de la obra se le informó de que así seguirá siendo en los próximos meses. «Me dijeron que que es la obra en Catalunya en la que el Ministerio va a invertir más dinero», apuntaba el edil de la Vila Ducal.

Casi en el ecuador de la obra

La inyección que estaría prevista se situaría alrededor de los 35 millones de euros. Esto debe permitir dar un importante empujón a un proyecto que, cuando se ha cumplido un año desde su reactivación, está en un 40% de su ejecución. Así lo asegura el Ministerio de Transportes, que destaca «el esfuerzo que ha hecho el Estado en este corredor, poniendo en servicio progresivamente los tramos con mayor tráfico desde Tarragona».

De forma simultánea a los trabajos de perforación se está actuando en otros puntos de este tramo, que en total tendrá una longitud de 5,1 kilómetros. Es el caso de los soportes del viaducto de entrada al túnel desde la boca de Valls, mientras que en la zona de Montblanc se están llevando a cabo obras de drenaje y excavación de la trinchera que quedará al oeste de la pedanía de Lilla. Esto ha hecho que en momentos puntuales haya tenido que interrumpirse el tráfico de la N-240, por el uso de explosivos en voladuras, para rebajar el nivel de las rocas.

Mientras avanza la A-27, queda pendiente la redacción del proyecto para el enlace de esta autovía con la AP-2. Desde las principales instituciones del Camp de Tarragona se presiona para priorizar este proyecto que consistirá en duplicar la calzada de la N-240 entre el fin de la A-27 y el tramo ya duplicado de esta misma carretera nacional, en la variante de Montblanc. Se trata de un tramo de unos cinco kilómetros que obligará a nuevos estudios de impacto ambiental, expropiaciones y nuevas obras que deben permitir llegar a la entrada de la autopista, que a mediados del año que viene queda libre de peaje.

¿Y las mercancías?

«Espero que, después de lo que hemos esperado durante tanto tiempo, ahora no hagamos el ridículo por esto», decía el director general de la Federació d’Empreses d’Autotransport de la província de Tarragona (Feat), Josep Lluís Aymat. El sector del transporte ha ejercido una importante presión para que las obras de la A-27 sigan adelante. No obstante, los camiones de mercancías peligrosas no podrán pasar por el interior del túnel. Por el momento, la solución que se encontrado es que, cuando el nuevo tramo esté en servicio, estos camiones pasarán por el Coll de Lilla y, por tanto, no tendrán que seguir la ruta desde Tarragona a El Vendrell, para seguir a través de la AP-2 hasta Montblanc. Esto supondrá un ahorro de tiempo, pese a ello la autorización final deberá darla el Servei Català de Trànsit, que tendrá que incorporar la ruta dentro de la red autorizada. «Al ser una carretera que pasa por una zona no urbanizada y de tres carriles, no debería haber ningún problema», concluye Aymat.

Transportes, por su parte, asegura que se sigue avanzando en el estudio informativo para la duplicación de la calzada de la N-240 entre Lleida y Les Borges Blanques, cuyo contrato se formalizó en junio de 2018. La inversión que se ha hecho por el momento en este eje de 22 kilómetros asciende a 170 millones de euros.

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