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Una motocicleta protagonizó, la tarde del pasado jueves, una persecución por el centro de Tarragona. A pesar de los indicaciones de los agentes de que parase, finalmente logró escabullirse. Finalmente, la Guàrdia Urbana acudió al domicilio del dueño de la moto, quien reconoció los hechos, incluso de que había causado lesiones a uno de los guardias que le había dado el alto en medio del carril de circulación.
Sobre las seis y media de la tarde, una patrulla de la Guàrdia Urbana se encontraba de servicio por la Rambla Vella. Los agentes observaron una motocicleta que circulaba en zigzag entre los vehículos, sin respetar las señales de tráfico.
A la altura de las calles Pau Casals y Estanislau Figueras, uno de los agentes le indicó verbalmente desde el vehículo policial que parase. Pero el motorista hizo caso omiso y se dio a la fuga a gran velocidad después de saltarse un semáforo en rojo. Siguió por la calle Estanislau Figueras en dirección a la Rambla Vella.
La patrulla comunicó al resto de agentes la persecución, a la que incluso se unieron los Mossos d’Esquadra. En la Rambla Vella había dos agentes a pié. Uno de ellos se puso en medio del carril de circulación. Vio que la moto hacía la intención de frenar, pero sin detenerse en ningún momento. Pero ha vuelto a hacer caso omiso a las indicaciones. La parte delantera de la moto impactó con el antebrazo del guardia.
La Guàrdia Urbana realizó gestiones para localizar al dueño ya que tenían la matrícula. Comprobó que hacía tres meses que había sido vendida por un taller de Sant Pere i Sant Pau. Los agentes acudieron al mismo y el dueño les dio las señas de su actual propietario. La patrulla acudió al domicilio, donde identificó al conductor, que reconoció que conducía él. Fue detenido y acusado de los delitos de conducción temeraria, lesiones, daños y atentado a agente de la autoridad. Es un joven de 27 años y vecino de Tarragona.
