Pinturas de Patrimonio Mundial

Arte. Las pinturas rupestres de las Muntanyes de Prades cumplen 20 años como Patrimonio de la Humanidad

28 agosto 2018 09:59 | Actualizado a 28 agosto 2018 10:47
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Este 2018 se cumplen veinte años desde que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad las pinturas rupestres de las Muntanyes de Prades, situadas en la comarca de la Conca de Barberà y de época prehistórica.

En 1830, ya se empezó a especular con la posible existencia de estas pinturas con una noticia del capellán Félix Torres Amat sobre unos supuestos grabados aparecidos en un lugar llamado Portell de les Lletres, pero no se llegó a ninguna confirmación oficial. 

No es hasta agosto de 1943  cuando Salvador Vilaseca, médico e historiador reusense, comprueba que no se trata de grabados, sino de pinturas rupestres. A pocos metros del abrigo también se encuentra otro grupo de pinturas naturalistas de arte levantino que bautiza con el nombre de Mas d’en Llort. Lugar que es a día de hoy emblemático y punto de visita turística dentro de la provincia de Tarragona.
La proximidad entre ambas pinturas indica la tradición y pervivencia de un lugar sagrado e histórico.
En Montblanc
La mayor parte de abrigos se concentran en el término de Montblanc, en dos barrancos de la cuenca fluvial del río Francolí. Otros yacimientos se encuentran en el interior de los valles de los ríos Siurana y Montsant. 
Las pinturas están ubicadas en el interior de las cuevas a muy poca profundidad y orientadas más al mediodía. Sobre una altitud de unos 800 y 900 metros al nivel del mar.

El Portell de les Lletres es el primer descubrimiento de arte rupestre del territorio catalán. El acantilado donde se encuentra este friso, pintado de color rojo, se levanta en la parte alta del barranco de Llort. Contiene 18 signos y diversos restos de tipo esquemático abstracto, visibles entre uno y cuatro metros de altura. Es uno de los más destacados de las Muntanyes de Prades.

El Mas d’en Llort es otro de los recintos donde podemos encontrar representaciones artísticas. De terreno rocoso y localizados en los riscos de la parte alta del barranco del Llort. En él, se concentra uno de los frisos con escenas de caza más interesante. El abrigo es de dimensiones modestas y da cabida a 10 figuras y varios restos. 

El Mas d’en Ramon Bessó es otro de los emblemas de este patrimonio mundial. Se trata del segundo conjunto figurativo o naturalista de la zona, situado en el entorno del abrigo del Mas d’en Llort. La cavidad es amplia y se extiende a los largo de diez metros, con una altura de dos metros. Está protegida por una visera que alcanza 1,75 metros.

Esta escena ofrece una de las mejores representaciones naturalistas de la zona. Corresponde a una especie de toro al que le falta la mitad posterior del cuerpo. El ejemplar está rodeado de arqueros de pequeñas dimensiones y desproporcionados respecto al tamaño real del animal.
Un antropomorfo
El abrigo Mas d’en Carles es el último rincón que completa esta histórica ruta por la pintura rupestre. Se encuentra dentro del canon de los motivos esquemáticos abstractos, y se ubica en la parte central de un gran bloque protegido por una visera reducida.

La composición gira en torno a dos figuras principales, por un lado, un antropomorfo realizado con la punta de los dedos y también un motivo circular con una cruz en su interior. Si se observa el personaje con detenimiento, presenta aspectos físicos como el de un cuerpo alargado y ligeramente curvado con las piernas muy cortas.
 

 

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