Retirados los animales de granja que causaban molestias vecinales

Las nueve cabras salían del recinto e invadían la autovía, creando peligro para el tráfico de vehículos, según los vecinos

19 mayo 2017 21:44 | Actualizado a 22 mayo 2017 13:05
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Los animales de granja que se encontraban en una finca ocupada situada en el número 26 del Camí de l’Ermita de la Salut y que tantas molestias y quejas vecinales habían provocado ya han sido retirados. Ayer, la Guàrdia Urbana acudió por cuarta vez al solar para comprobar si se había cumplido el decreto municipal que ordenaba la retirada de dichos ejemplares. Los agentes vieron que ya no se encontraba ninguno. Al parecer, el traslado se hizo en diferentes fases.

Un ciudadano brasileño se había instalado hace meses en un terreno situado en el Camí de la Salut –al parecer, junto con su pareja y otro hombre–. Los agentes de la Guàrdia Urbana que inspeccionaron la finca constataron la existencia de nueve cabras, tres gallos, dos gallinas, cuatro conejos, dos perros de raza pit bull y uno podenco. Las ordenanzas municipales no permiten tener dicho tipo de animales en este tipo de recintos. Además, los dos hombres y la mujer no eran propietarios de la finca en la que se encontraban. Ante ello, el Ayuntamiento dictó un decreto para que los animales abandonaran el lugar, dando un plazo para ello. Cuando el proceso administrativo estaba en marcha, el dueño de los ejemplares falleció ahogado en la playa de la Arrabassada. El otro hombre que se encontraba en la finca se encargó de realizar los trámites para la retirada de los animales.

El pasado día 16, cuatro agentes de la Guàrdia Urbana, la veterinaria municipal y la responsable de grupo del Departament de Salut Pública acudieron a la finca para hacer efectiva la orden de retirada de los animales. La mujer que se encontraba en la finca afirmó que entregaría los animales de granja a un conocido suyo, un pastor de Constantí.

En la misma visita, la mujer entregó a los agentes el podenco y los dos perros potencialmente peligrosos, de los cuales no disponía de la documentación ni de las condiciones de seguridad de las instalaciones –licencia, seguro, censo, señalización, etc–. Asimismo, uno de los canes presentaba una enfermedad cutánea y estaba pendiente de una operación de próstata. En la misma visita, los agentes dejaron constancia de que la finca se encontraba en una situación grave de insalubridad, derivada de la presencia de los animales de granja, falta de mantenimiento y limpieza de la finca, así como por la acumulación de basura y residuos especiales por todo el terreno.

En la mañana del pasado lunes, los agentes acudieron a la finca para ver si todavía estaban los animales. Habían sacado ya las cabras –retiradas por un hermano del fallecido que vino de Galicia en furgoneta– y los conejos.Los inquilinos dijeron que por la tarde se llevarían los cinco gallos y las dos gallinas.

Finalmente, ayer por la mañana agentes de la Unitat de Medi Ambient (UMA) de la Guàrdia Urbana volvieron a la finca para verificar si se había cumplido el contenido del decreto. Los cinco gallos y las dos gallinas ya no se encontraban en el lugar, por lo que se dio carpetazo al asunto.

 

Quejas vecinales

Los vecinos de la finca habían manifestado sus quejas, principalmente por la acumulación de suciedad –toda clase de basura, desde la carrocería de un coche hasta muebles y electrodomésticos– y las ratas que salen del lugar. También apuntaban que las cabras salían del recinto y provocaron que más de un vehículo tuviera que frenar bruscamente para evitar un accidente en la cercana autovía de circunvalación A-7.

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