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«Estaba en casa connectado a la página web de PokeVision, que te ayuda a descubrir donde están los Pokémons en tiempo real, y de repente ha aparecido un Dragonite», explica Rafa, de 27 años, que vive en San Pedro y San Pablo, y no dudó ni un minuto en coger la bici y capturar el Dragonite que se encontraba en el Campus Catalunya de la Universidad Rovira i Virgili. Y de paso, aprovechó el trayecto en bici para llegar hasta la estatua dels Castellers, donde ayer tuvo lugar la primera ‘pokekedada’ de Tarragona.
Entre el grupo de ‘entrenadores’ que se reunieron ayer, destaca un chico cordobés que veranea en Tarragona y aprovechó la ‘pokekedada’ para conocer gente. De hecho, en la zona del paseo marítimo muchos jugadores de Pokémon levantaban la vista de sus teléfonos móviles para saludarle. A él y a sus compañeros. Algunos le habían conocido en la playa porque allí había un gimnasio Pokémon y otros cuando uno de ellos puso un cebo, para atraer a otros jugadores y capturar así muchas más criaturas.
Con más de 25 millones de usuarios activos, Pokémon Go se ha convertido en un fenómeno que ha capturado ya a gamers de todas las edades convirtiéndose en una aplicación intergeneracional. Jóvenes y adultos salen a la calle para recopilar medallas de gimnasio y probar las habilidades especiales de sus criaturas capturadas, evidentemente, con pokeballs.
Reunión de entrenadores
Si algo no se puede negar es la vertiente social de esta aplicación, que obliga a sus jugadores a salir a la calle en busca de Pokémons y a relacionarse con otros ‘entrenadores’ que colaboran para conquistar gimnasios y se avisan cuando encuentran zonas con abundancia de Pokémons.
«Desde que me descargué la aplicación salgo mucho más a la calle», explica Enrique, tarraconense de 18 años que ha venido con Adrià, quien también juega a Pokémon Go.
«Si ves un codiciado Snorlax, no te guíes por la emoción, tu seguridad es lo primero». Lo dice la Policía Nacional en la campaña que ha lanzado a través de las redes sociales con el lema ‘Hazte con todos con seguridad’. ¿La intención? Advertir a los gamers que aunque se trate un juego, este tiene lugar en el mundo real, y no se debe perder de vista.
