Siete años de prisión para un hombre que ‘verificó’ si su pareja le había sido infiel

El acusado reconoció los hechos y dijo que quería tener una prueba del adulterio de su compañera para poder marchar de la vivienda

30 abril 2019 10:57 | Actualizado a 14 mayo 2019 09:26
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«Lo que pretendía era obtener una prueba (de la infidelidad de su pareja, debe entenderse) para así poder marchar de la vivienda familiar, ya que no aguantaba más allí, afirmando de igual manera que a tal fecha él ya no quería mantener relaciones sexuales con (...)». Es la respuesta que dio durante el juicio un hombre acusado de intentar verificar si su esposa había sido adúltera aquella noche después de salir con su madre.

Ahora, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona lo ha condenado a siete años de prisión –el fiscal y la acusación particular pedían diez– por un delito de abuso sexual, y cinco más de libertad vigilada. Asimismo, durante diez años no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de la mujer. 

El acusado y la denunciante fueron pareja durante unos siete años. Fruto de la relación nació un hijo. A mediados de 2016, la misma se hallaba muy deteriorada. La noche del 1 de julio, la víctima salió de fiesta con su madre, mientras él se quedó en casa en compañía del hijo menor de edad. 

Ya de madrugada, la denunciante volvió a la vivienda familiar. Allí, el hombre la estaba esperando en el salón, nervioso y alterado, recriminándole la hora de llegada. Cuando la mujer se dirigió al baño para asearse, el acusado la siguió y entró con ella en la estancia. Una vez allí, y tras una breve discusión, quiso comprobar si le había sido infiel, momento en que ella se lo quitó de encima, le dijo que no lo aguantaba más y se encerró en la habitación donde dormía su hijo.

Los magistrados aseguran que el testimonio de la mujer resultó «en lo nuclear, plenamente fiable. Su propia actitud durante su declaración plenaria acredita un especial esfuerzo de objetividad y de precisión narrativa, descartándose cualquier intento de exageración o de sobrecriminalización del relato».

«El pilar del grupo familiar»

El acusado se erigió en «pilar y soporte» del grupo familiar, explicando que venía asumiendo el rol de cuidado y llevanza del hogar. Sobre aquella noche, afirmó que le había dicho a la mujer que llamara de manera periódica para que él supiera que se encontraba bien.

Pero al no hacerlo, con el paso de las horas se tomó unas pastillas y se puso en el sofá, «llorando mientras pensaba que a la Sra. (...) algo malo podía haberle ocurrido». Y añadió que la denuncia de la mujer es una venganza orquestada contra él ya que le había anunciado que le quitarían la potestad del hijo menor.

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