Sobremesas de cuñado

 Los psicólogos recomiendan aprovechar estos días festivos para «resolver conflictos y acercar posturas»

26 diciembre 2018 11:38 | Actualizado a 26 diciembre 2018 11:41
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Dónde se celebra la Navidad, con qué familia se pasa Sant Esteve, a qué casa se va por Fin de Año y en cuál se abren los regalos de Reyes. Estos son días esperados por muchos, pero también temidos por otros tantos. Son largas jornadas con sobremesas eternas y conversaciones distendidas... O no. En ocasiones estas charlas pueden derivar en tensiones, discusiones y peleas. 

Fútbol, religión y política ya hace tiempo que quedan fuera de la plática festiva en muchas de las mesas y más aún de un tiempo a esta parte. Y evitar estos temas delicados es una de las soluciones. 

María García Salinas, psicóloga de Sanitas señala que en ocasiones «en las reuniones familiares y sociales pueden coincidir personas con conflictos no resueltos entre sí lo que puede provocar un aumento exponencial de las discusiones». Sin embargo, esto no tiene por qué pasar ya que el ambiente festivo y navideño también «puede favorecer una resolución de conflictos y un acercamiento de posturas porque se promueven valores positivos como la amistad, el amor y la generosidad», explica esta profesional, quien recomienda «centrarse en el objetivo de estas reuniones, que suele ser el compartir tiempo y vivencias con nuestros seres queridos».

Consejos 
Positividad, buscar tiempo para pasar a solas con la pareja, evitar tratar temas conflictivos, intentar no volver al pasado, planificar y moderar el consumo del alcohol son algunos de los consejos que los psicólogos lanzan para pasar unos días felices. 

Elegir un lugar idóneo en la mesa, la clave para evitar disputas y tensiones

Ser positivo es justamente lo que defiende María García. «Es importante activar nuestro yo más compasivo y focalizar nuestra atención en los aspectos positivos de la reunión o el tiempo juntos, Así, será más sencillo esquivar los posibles conflictos», apunta. 

Para favorecer la buena químico, uno de los puntos a tener en cuenta en los ágapes es el lugar que se ocupará en la mesa. Los expertos coinciden en que hay que elegir una silla cerca de algún familiar con el que se tiene una relación de confianza y complicidad. De este modo, la presencia cercana de esa persona ayudará a disfrutar de la velada con conversaciones divertidas e interesantes para ambos. 

Reconducir las conversaciones incómodas hacia otras áreas es otra de las sugerencias y, sobre todo, prescindir de las polémicas. «Siempre se suele decir que es mejor no hablar de política, religión y dinero», comenta María García, pero hay que evitar también temas que resulten conflictivos a nivel personal «bien porque se considere que las opiniones pueden ser controvertidas o bien porque generen dificultades para gestionarlos, lo que deriva en discusiones», concluye.

Justamente, los especialistas inciden en evitar volver al pasado de forma recurrente, intentando evocar o revivir antiguas rencillas. «Siempre es más aconsejable para disfrutar de la velada, centrarse en el momento presente. No se trata de no hablar de las cosas importantes, sino de hacerlo en el momento adecuado, cuando realmente se puedan discutir y valorar los diferentes puntos de vista», argumenta la especialista de Sanitas.

Buscar privacidad
Dado que no todo el mundo disfruta con los eventos multitudinarios, es ideal también buscar tiempo para pasar solos sumergidos en algún hobby o en pareja, en forma de breves escapadas o paseos que «disminuirán la presión y la sensación de obligación», apunta. 

Asimismo, se aconseja planificar, «tener establecido quién se ocupará de qué cosas y cuándo», explica la psicóloga. Para ello, es importante distribuir las tareas y que todas las personas se impliquen en la organización de las comidas y las reuniones de forma similar.  

«Siempre se suele decir que es mejor no hablar de política, religión y dinero»

Y sobre todo moderar el consumo de alcohol ya que se trata de un desinhibidor que puede fomentar el que las personas «no se regulen a la hora de abordar o gestionar sus emociones y malestar». Por lo tanto, es importante frenar su consumo, además de por aspectos tan básicos como la salud, también para evitar discusiones de las que después se puedan arrepentir. No se trata de hacer abstinencia, pero sí de controlar y evitar mezclar bebidas. 

Y como dice el refranero, «lo bueno, si breve, dos veces bueno». Está bien hacer algo de sobremesa, compartir dulces típicos y un café o un chupito de hierbas, incluso hacer un brindis con cava. Pero no se puede alargar hasta el infinito. Dar paso a un juego de mesa o a las mejores series del momento es otra opción. Por último, no se debe olvidar agradecer al anfitrión o anfitriona el esfuerzo que ha hecho por reunir a toda la familia. 

En definitiva, cada persona es un mundo y hay que tenerlo en cuenta. «Hay quienes ven las comidas familiares de Navidad, de Sant Esteve y de Fin de Año como compromisos que les generan agobio, pero también existen aquellos que estarían todo el año siendo anfitriones para los demás», concluyen los expertos. 

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