Sube la presión: el pleno más tenso por el 'procés', en imágenes

La moción contra el referéndum,  aprobada en un pleno muy tenso. Los independentistas llenan el plenario del Ayuntamiento de TGN para reclamar al alcalde Ballesteros poder votar el 1 de octubre

22 julio 2017 15:53 | Actualizado a 17 noviembre 2017 16:55
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Texto: Carla Pomerol 
Imágenes: Lluís Milián 

El pleno tarraconense rechazó ayer el calendario del proceso soberanista, ante la mirada de más doscientos independentistas que asistieron de forma pacífica al pleno, con la intención de mostrarse contrarios al gobierno de Ballesteros y también para reivindicar el derecho a votar. Con 17 votos a favor y 10 en contra, el pleno aprobó cuatro acuerdos, como por ejemplo exigir a la Generalitat que, en caso que pida la colaboración del Ayuntamiento, lo haga de manera oficial y por escrito y que se soliciten los informes jurídicos correspondientes. Por otro lado, el Consistorio también pidió que se protejan los derechos de los trabajadores y funcionarios, y «que cuenten con cobertura legal», explicaba la portavoz del gobierno, Begoña Floria, durante la exposición de la moción.

Las oratorias de algunos representantes políticos subieron la temperatura en el salón de plenos. Los asistentes aplaudieron algunos discursos y atacaron a otros. Por su parte, Floria decidió, a última hora, retirar la exposición de la moción, que trataba el posicionamiento de los socialistas ante el proceso soberanistas. Los acuerdos se mantuvieron y la moción se aprobó.

Josep Maria Prats, de Units per Avançar –antes Unió Democràtica de Catalunya– y miembro del gobierno, protagonizó la sorpresa de la jornada. Votó negativamente la moción. Y es que aseguraba que «creemos que es una moción inoportuna, ya que solamente consigue encender el fuego, cuando actualmente, necesitamos prudencia, moderación y consenso». Prats aseguró que los funcionarios tienen criterios propios «y los debemos dejar al margen del debate social». Finalmente, el portavoz de Units per Avançar (UpA), aseguró que «no soy partidario de un referéndum ilegal, pero tampoco de la instrumentalización del referéndum del 1 de octubre».

Más contundente fue Arga Sentís, la portavoz de ICV-EUiA al Consistorio tarraconense, que se dirigió al gobierno y les dijo «hacéis el ridículo», y añadió que «mucho ruido para decir algo que ya sabemos». Sentís aconsejó al gobierno «dejar en paz a los funcionarios, que ya son grandecitos». Finalmente, la portavoz de ICV-EUiA  aseguró que «ahora es momento de rebajar gesticulación y, con esta moción, habéis conseguido lo contrario».

Por su parte, la portavoz de la CUP, Laia Estrada habló del «PSC de antes, del que defendía la autodeterminación de Catalunya». Estrada aseguró que, «desde entonces, no han hecho nada más que mercadear con el pueblo de Catalunya en base a sus intereses electorales. Habéis pasado de ser el PSC catalanista, a la sucursal del PSOE». Estrada aseguraba que «ya está bien de estar sometidos en este imperio y ya es hora de poder decidir nuestro futuro». La portavoz de la CUP también llamó a la desobediencia, «ya que gracias a personas que desobedecieron, ahora el mundo es un poco más justo».

Es esta misma línea, Albert Abelló, portavoz del PDECAT, puso un toque de humor al conflicto político. «Ustedes han presentado una moción muy pepera», decía Abelló, quien añadió que «estáis mostrando vuestra cara más carca, retrógrada y carrinclona. Ustedes no erais así», aseguró.

Seguramente, Rubén Viñuales, portavoz de Ciutadans, fue el que más hizo desesperar a los independentistas presentes. Ya lo auguraba él: «A mí, seguro que no me aplaudiréis tanto, decía. En primer lugar, Viñuales quiso agradecer al PSC el hecho de presentar la moción. «Creemos en la democracia y, juntos, podemos llegar más lejos», aseguraba el portavoz naranja, quien añadió que «aunque no os lo creáis, no todos los funcionarios y catalanes son independentistas». Esta frase provocó un revuelo entre los asistentes.

Al lado contrario del pleno, Pau Ricomà, portavoz de ERC, quien preguntó al gobierno de Ballesteros si era tan difícil distinguirse del Partido Popular. «Ustedes no son ni la sombra de lo que fueron», aseguraba Ricomà, quien destacó que «ahora vais de bracito con el españolismo más rancio que hemos conocido». Después de la polémica en qué 170 trabajadores municipales se acogieron a un manifiesto para que el PSC retirará la moción, el portavoz de ERC quiso recordar que «muchos de los trabajadores de esta casa se han rebelado con un gesto de dignidad y ustedes no son nadie  para hablar en su nombre». Ricomà aseguró que «el alcalde se sitúa al lado de esos que amenazan con inhabilitaciones y multas» y le animó a comunicar a la ejecutiva del PSOE que «deberán pasar por encima de usted, antes de tocar a un solo trabajador público».

La portavoz del gobierno, Begoña Floria, replicó diciendo que «somos socialistas y catalanistas» y añadió que «queremos que cualquier demanda que se haga al Ayuntamiento, se haga de acuerdo con la legalidad y sin poner en peligro a nadie».

Floria denunció «la presión ambiental» a la que está sometida y repitió que los socialistas apuestan por el diálogo y la reforma constitucional.
Finalmente, Josep Acero, regidor del PP, recordó que el Partido Popular ha sido, en alguna ocasión, el más votado en Tarragona y que, por lo tanto «esta ciudad no es independentista». 

El debate, que acabó con la aprobación de la moción socialista en contra de la celebración del referéndum, se celebró con las diferentes interrupciones de los asistentes, que discutían algunos de los discursos de los portavoces.

Entre el público, se encontraban algunas caras conocidas de la ciudad, como por ejemplo, el actor Oriol Grau, el diputado Jordi Sendra o Josep Lluis Carod-Rovira. Òmnium Cultural y la Assamblea Nacional Catalana fueron los organizadores de la concentración, que reunió un total de 200 personas. 

Poder de movilización
Por su parte, Rosa Maria Codines, presidenta de Òmnium Cultural Tarragonès, valoró muy positivamente la presencia de los independentistas en el pleno, porqué «hemos mostrado la otra cara de la ciudad, la que quiere votar. La manera más fácil de solucionar un conflicto de estas características es votando». Tanto ella como el coordinador local de la ANC, Carles Xavier Gómez, se mostraron confiados en qué el referéndum se va a celebrar porqué «la Generalitat emitirá un decreto y ejercerá su soberanía, recogida en los derechos humanos», aseguraba.

Josep Acero, el descamisado
La anécdota divertida de la jornada la protagonizó Josep Acero, concejal del Partido Popular, que entró en el salón de plenos diez minutos después de la hora prevista. Acero, acalorado y descamisado, entró en la salón de plenos, asegurando que «no me dejaban pasar», –refiriéndose a los independentistas, ubicados en la puerta de la sala–. Durante una intervención, Acero desmintió haber dicho esta frase, pero los presentes lo escucharon perfectamente. El calor de una sala sin aire condicionado le debió hacer perder un poco la memoria. 

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